Foto de un concierto en Estocolmo de hace algo más de un mes, de RockFoto.
Este fin de semana finalizan las actuaciones comprendidas en el Festimad que, como ya anunciamos, este año ha retomado (felizmente a mi entender) su formato original. Mañana por la noche en Moby Dick se cerrará el festival madrileño con la actuación de los británicos LR Rockets y Death Pixels junto a los madrileños No Aloha, en lo que han denominado Festival Nextbigthing.
Anoche asistimos a uno de los platos fuertes de esta edición, las actuaciones de The Wooden Birds y Grand Archives. The Wooden Birds están cosechando buenas críticas con su debut, ‘Magnolia’. Mientras que en el álbum la banda de Andrew Kenny (miembro de The American Analog Set, longeva banda de out-rock norteamericano con escasa repercusión en Europa) muestra sus canciones sin apenas arreglos, en una suerte de minimal folk; en directo sus cinco miembros (fantásticas las voces y guitarras de su compañera en TAAS, Leslie Sisson) dan una versión de los temas mucho más trabajada, que se agradece infinitamente. ‘False Alarm’, ‘Sugar’ o ‘The Other One’ mejoran exponencialmente en vivo respecto al álbum, sonando a algo así como unos nuevos Luna. Más que interesantes. 7,5
Aunque lo parezca, el tipo en el centro de la foto no es David Ivar de Herman Dune. Es Mat Brooke, el ex-Band Of Horses que salió rebotadillo de la banda porque no le apetecía hacer esas macrogiras que implicó el éxito de ‘Everything All The Time’. Mat creó en torno a sí Grand Archives, un grupo en el que explotar su visión del rock, definitivamente más dulce que la de la banda en la que se dió a conocer. Su debut (editado el año pasado en Sub Pop) es un disco precioso, sin estridencias, que no tuvo cabida en JNSP por mi culpa, por mi gran culpa.
El show arrancó con los silbidos de la preciosa ‘Miniature Birds’, tratando de mostrar el lado más delicado del grupo, esmerándose por demostrar su gusto y talento para las armonías vocales (los cuatro miembros de la banda cantan y bien). Quizá por eso, el sonido de la primera parte del show careció de músculo y abusó de agudos. Además, la peculiar y suave voz de Brooke no debía estar pasando su mejor día y sonaba a menudo forzada. El concierto, en el que además presentaron varias buenas canciones que estarán en su segundo álbum (ya grabado, se editará el próximo septiembre), fue un claro crescendo y mejoró ostensiblemente a medida que apostaban más por la intensidad de las guitarras y no tanto por la delicadeza vocal. Hacia la mitad del show ejecutaron dos poderosas versiones de (si no recuerdo mal) ‘Index Moon’ y ‘Sleepdriving’ que supusieron un punto de inflexión y todo comenzó a ir mejor. Y así, con versión de ‘Indoor Fireworks’ de Elvis Costello de por medio, culminaron con la que es sin duda su mejor canción, la maravillosa ‘Torn Blue Foam Couch’. El bis sí rozó lo catártico con una bonita versión desnuda de ‘Louis Riel’ y un gran cierre con una ‘The Crime Window’ que se erigió, gracias a sus contagiosos coros y palmas, en un himno cuasi-etílico de esos que se cantan abrazado a los amigotes. 7,5