Gran tragedia para la noche madrileña. Este es el aspecto que presenta actualmente nuestro after favorito, ese bar que «abre» al cerrar el Ocho / Darkhole, el Elástico o el Low y en el que, bajo una extraña luz verdosa se unen modernos, siniestros, gente normal, etcétera para comer tortilla y sándwiches mixtos junto a la última cañita de la noche. El Éboli ha cerrado. Había muchos rumores, pero nosotros mismos comprobamos el 31 de mayo que estaba abierto.
Ahora, una intrépida compañera de profesión nos dice que preguntó a la dueña, que al parecer lo han vendido y que no sabe qué harán los nuevos dueños con él. Lo modernicen como otros bares de Malasaña o no, lo seguro es que ya no será lo mismo. ¡Qué desgracia! Éboli, ¡te echaremos de menos!