Cuando parecía que el mundo del reality español iba tan cuesta abajo que todo estaba perdido, resulta que es este género el que parece que va a ser el primero en salir de la crisis. Entre una edición de Gran Hermano sensiblemente menos aburrida que las anteriores, la vuelta de Pekín Express y el estreno de El Aprendiz, parece que finalmente el reality volverá a su puesto de honor en las parrillas televisivas.
El aprendiz sigue las pautas del formato original, ‘The Apprentice’, si bien sustituye al magnate Donald Trump por su versión catalana Bassat y desde luego que consigue enganchar. Un clásico «chicos contra chicas» en el que ya se vislumbra que las peleas internas en los grupos amenazan con ser sangrientas, porque no sabemos si los concursantes tienen más inflado el currículum o el ego. Para domar a esas fieras, Bassat cuenta con dos ayudantes, miradas escrutadoras y críticas de todo lo que hacen los chicos, una de las cuales tiene un siniestro parecido con Lola, la directora de la Academia Fama.
Los chicos, en su mayoría, apuntan maneras de tiburones de los negocios, a la vez que explotan la pose porque parecen pensar que es lo que les dará la victoria. No en vano, se han autobautizado como «Stamina», nombre que destila virilidad y poderío. Destaca el líder, con bien de mala leche, el experto en Operaciones Internacionales, resabido y pagado de sí mismo como él solo aunque francamente bueno, y el estudiante de 20 años rebosante de testosterona, que va a durar menos que un caramelo en la puerta de un colegio.
El equipo de las mujeres, bastante menos estresante de seguir, está equilibrado, aunque ya se empieza a fraguar un golpe de estado para derrocar a la actual líder, poco carismática, en favor de la ingeniera informática, a la que parece que el concurso se le queda pequeño, y de la que nos declaramos fans.
En este primer programa, la prueba ha consistido en conseguir sacar el máximo beneficio durante un día de venta ambulante de encurtidos, género con el cual no parecían estar muy familiarizados, al ser incapaces de distinguir una aceituna manzanilla de una de Camporreal. Si bien es cierto que las ganadoras no han sacado ni 90 euros entre las ocho, que en la vida real no daría ni para pipas, también lo es que nos hemos quedado un poco hipnotizados viendo el despliegue de cálculos y estrategias de venta que se han sacado de la manga. Vamos, que para nosotros lo querríamos, a ver si en lo que dura el programa conseguíamos poner a JNSP por encima de Perez Hilton.
Bromas aparte, el programa pinta francamente bien. Es divertido, interesante y se sale de casi todo lo que hemos visto hasta ahora, a excepción de El Método Grönholm, película a la que sí se parece bastante. ¿Quién será el Eduardo Noriega de esta versión? Hagan sus apuestas.
Calificación: 8/10
Destacamos: que tiene pinta de ir mejorando a cada programa, tanto en lo relativo a los skills profesionales como en la parte de lucha fratricida.
Te gustará si te gusta: El Método Grönholm, ver cómo el profesor reprendía al chulito de la clase.
Predictor: A falta de conocer el share Pese a haber obtenido tan sólo el 5,3% de share, una cadena minoritaria como La Sexta no creemos que lo vaya a quitar, a no ser que los resultados venideros sean catastróficos.