La gran atracción del Experimentaclub 2009 era el concierto de Fuck Buttons, para el que las entradas se agotaron con varias semanas de antelación. Presentaban el genial ‘Tarot Sport‘, disco en el que han dejado a un lado las voces distorsionadas para dedicarse un pelín más a la pista de baile. El dúo decepcionó en los primeros minutos con unos graves exagerados (mucho más de lo que parecen en este vídeo) de su tema estrella ahora mismo, ‘Surf Solar’, que no contribuían a alimentar su vertiente «noise». Más bien impedían escuchar con precisión el sonido de las maquinitas de Benjamin, que en general durante todo el show, permanecieron en segundo plano con respecto a las de Andrew.
Sin embargo, el dúo no tardó en solucionar estos pequeños problemas de sonido e, incorporando percusión en vivo a manos de Benjamin en contados momentos, supo dar la fuerza que esperábamos a las canciones de sus dos álbumes. Andrew se marcó unos bailes de mono un tanto friquis mientras ponía las voces a ‘Ribs Out’. Benjamin no dejó de mover sus caderas hacia delante y atrás en todo el show, mientras tocaba varias formas de teclado y se introducía completamente el micrófono infantil en la boca para gritar.
Hubo dos momentos destacados: la interpretación de ‘Bright Tomorrow’, la mejor recibida por el público, y ‘Flight Of The Feathered Serpent’, hacia el final, con la que el público pudo bailar. Las transiciones entre canción y canción fueron un poco torpes, introduciéndose bastante a capón. El dúo aprobó con nota aunque no logró repetir la perfección de los álbumes. Quizá porque después del chute de Fuck Buttons que nos habíamos metido, los estábamos mirando con lupa. 8.
La gran sorpresa de la noche la protagonizaron Zombie Zombie, otro dúo de música electrónica que ejercía de telonero, pero que salió incluso más victorioso. Ayudados por el cuerpo que supone contar con una batería, convirtieron el patio de La Casa Encendida en una suerte de Berghain en la que el público no dejó de bailar en ningún momento. Posiblemente en estudio funcionen menos, pero en directo su mezcla de kraut-rock con algunas bases un tanto new-wave, no-wave y synthpop (juraría que samplearon un ratito a B-52’s y otro a OMD) arrasó. Después de unos ¿tres? temas de unos 10 minutos cada uno, soltaron: «bueno, esta es la última canción». Y tú pensabas: «¡qué bien! Todavía queda un montón». No dejéis de consultar en su MySpace sus próximas fechas en Barcelona, Bilbao, Palma y Coruña. 8,5.
Foto: Risingson para Flickr.