Fangoria será todo lo que quieras, pero su capacidad de ofrecer conciertos sorprendentes y fuera de lo común es admirable y digna de que la copien el resto de grupos. Ya querrían los fans de U2, Radiohead, R.E.M. o Madonna que sus ídolos hicieran lo que Olvido y Nacho decidieron hacer ayer en el primero de los cuatro conciertos únicos que estos días dan en Joy Eslava. Como para recordarnos que su trayectoria es grande, prescindieron en una primera parte del show de todos sus singles (bueno, ‘El dinero no es nuestro Dios’ e ‘Interior de una nave espacial abandonada’ fueron algo parecido a «singles», pero menores), reivindicando muchas de sus mejores canciones, que no suelen tocar.
Y lo hicieron sin necesidad de recurrir a clásicos de Dinarama o Pegamoides, con temas incluso de sus últimos discos o el gran ‘Una temporada en el infierno’, que para ellos es su peor entrega. Abrieron precisamente con ‘Cierra los ojos’ en una formación completamente nueva que incluía una violinista a los teclados, Nacho únicamente al bajo o Eric de Los Planetas (en primer plano sobre el escenario) a la batería. Recordando ligeramente a Pegamoides, sonaron temas como la genial ‘Me comeré tu piel, me beberé tu sangre’ (¿alguien se acordaba de lo buena que era?) o ‘Amo el peligro’ en plan rock.
Hubo grandes sorpresas en esta parte del repertorio, canciones que no tocaban hacía años, como ‘El glamour de la locura’, ‘¿Cómo solucionar problemas del corazón en condiciones atmosféricas adversas?’, ‘El arte de decir que no’, ‘Hoy aquí, mañana vete’, ‘Las ventajas de olvidar’ o ‘Plegarias atendidas’, y temas que habían tocado rara vez o ninguna, como ‘Contradicción’. Todas ellas recordando que incluso en el supuesto relleno de sus álbumes como Fangoria, eran muy grandes.
Después de un intermedio en forma de sesión house de media hora (?), Fangoria volvieron para hacer una segunda parte más habitual, con éxitos que parecían dedicados a los acompañantes de los socios del club Fan Fatal. ‘No sé qué me das’, ‘Miro la vida pasar’ o ‘Criticar por criticar’ sonaron junto a los tres singles de ‘Absolutamente’ y un par de canciones más de este disco, que hacían temer a veces que la noche decayera un poco. Por suerte la cosa dejó buen sabor en el bis, cuando interpretaron su versión de ‘En el volcán’ de Carlos Berlanga, que curiosamente en su momento se decía que estaba dedicada a la misma Alaska. Nos libramos de las ‘Walpurgis’ y de las Nancys, fue, en definitiva, una gran noche. 8.
Este y otras fotos: Fotolog Andy Peor