Incluso para los que hemos descubierto el anime y el manga alrededor de (¡glups!) la veintena, es evidente que ayer murió uno de los directores del género más relevantes. Satoshi Kon ha fallecido antes de cumplir los 47 años de edad, a causa de un cáncer de páncreas.
El director nipón firmó, ya con su debut, una de las películas más aclamadas en la historia del anime: ‘Perfect Blue’. Basada en una novela de Yoshikazu Takeuchi, ‘Perfect Blue’ cuenta la historia de Mima, una integrante de un grupo musical que decide separarse de sus compañeras para iniciar una carrera en solitario, aunque no le va todo lo bien que querría. La película comienza, poco a poco, a tornarse siniestra (y compleja) y acaba siendo un thriller psicológico de los que te tienen en tensión hasta que revelan su sorprendente final.
De hecho, las malas lenguas dicen que Darren Aronofsky, director de ‘Requiem For A Dream’, compró los derechos de ‘Perfect Blue’ para filmar esta escena:
Kon también fue el responsable de ‘Millennium Actress’ o de la serie ‘Paranoia Agent’, aunque también de otras películas más ligeras como ‘Tokio Godfathers’, un divertido dramedy en el que tres indigentes (un alcohólico, una jovenzuela y un travesti) encuentran un bebé abandonado la noche de Navidad y deciden tratar de devolvérselo a sus padres, dando paso a una de las tramas más surrealistas de la historia del cine pero, tan tierna, que es prácticamente imposible no soltar una lágrima de vez en cuando.
El director deja ‘The Dream Machine’ inacabada, una película que se estrenará (si alguien se decide a terminarla) de forma póstuma.