Hablábamos recientemente sobre carreras impecables en la crítica del nuevo álbum de Paul Weller, y podrá sonar controvertido, pero al observar el trabajo de los galeses Manic Street Preachers en conjunto, no se puede sino afirmar rotundamente que la suya no solo es casi impecable (es cierto que hubo un pequeño bache con ‘Know Your Enemy’ (2001), del que empezaron a salir en ‘Lifeblood’ (2004)), sino además una de las más interesantes.
Siempre con unas letras muy políticas de tendencia en general izquierdista, comenzaron en los 90 como una banda de rock duro durante sus tres primeros álbumes. La desaparición de Richey James (guitarrista, letrista, y sin duda su miembro más carismático) provocó en el trío restante (James Dean Bradfield, Nicky Wire y Sean Moore) un cambio de dirección hacia un pop/rock más grandilocuente, muy de estadio. Durante la primera parte de los 00’s dudaron entre volver a sus raíces agresivas o continuar siendo melosos (con el consecuente y citado bache), y desde entonces, con las energías renovadas, y tomando un camino intermedio, llevan una encomiable racha de grandes discos, compuesta por ‘Send Away The Tigers’ (2007) y su hitazo con Nina Persson de The Cardigans (‘Your Love Alone Is Not Enough’); ‘Journal For Plague Lovers‘ (2009), donde retomaron viejas letras de Richey; y ‘Postcards From A Young Man’, el que aquí nos ocupa, recién llegado solo después de un año que su predecesor.
El nuevo álbum de los Manics es donde mejor integradas están sus dos vertientes y en el que más peso tiene la orquestación que aparecía aquí y allá en discos pretéritos. El primer single, ‘(It’s Not War) Just The End Of Love’ es un claro ejemplo, pegadizo y con un tremendo solo de guitarra en su parte final. El tema titular recuerda rítmicamente a ‘A Design For Life’, con todo lo bueno que eso conlleva. Una de las grandes colaboraciones aparece en el siguiente corte, ‘Some Kind Of Nothingness’, donde la voz de Ian McCulloch se une a la de James Dean con notable resultado.
Hay dos colaboraciones más a lo largo del álbum: la de John Cale, quien toca el piano en ‘Auto-Intoxication’, y la de Duff McKagan (Guns N’ Roses, Velvet Revolver) en ‘A Billion Balconies Facing The Sun’, de las más rockeras, como era de esperar con tal invitado. ‘Postcards From A Young Man’ es un disco de grandes guitarras y estribillos donde se deja la introversión para próximas ocasiones, y con una duración que permite digerirlo sin demasiado esfuerzo. El año que viene, puede que más, y, visto lo visto, mejor.
Calificación: 7,9/10
Lo mejor: ‘(It’s Not War) Just The End Of Love’, ‘Postcards From A Young Man’, ‘Auto-Intoxication’
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