Nacho Vigalondo ha escrito un texto para su blog en El País en el que analiza lo sucedido este fin de semana en Twitter, cuando decidió bromear sobre el Holocausto, provocando la ira de muchos de sus seguidores en esta red social (aunque ganando nuevos adeptos).
El director de cine reflexiona sobre la naturalidad en la gestión de Twitter, concluyendo que «a menos que tu cuenta de Twitter esté gestionada por un becario o un robot (…), acaba siendo un retrato incontrolable de tu personalidad». Vigalondo recuerda que ya ha «abusado» del humor negro con anterioridad y que en su perfil siempre se ha mostrado tal cual es. «En mi cuenta he tenido arrebatos sentimentales, he sido críptico, he sido tonto, he sido distante, he sido un pesado, he sido gracioso, he sido soso, pueril o macabro. Unas veces dándome cuenta y otras veces no».
Sobre lo sucedido tras las bromas sobre el Holocausto, Nacho reflexiona sobre la falta de voluntad de los medios para acudir a las fuentes originales y relata algunas de las llamadas recibidas por varios medios de comunicación sobre el asunto, haciendo hincapié en el caso de El Mundo, donde, según él, parecieron perder cierto interés por la noticia cuando se dieron cuenta de que El País no podía suspender su campaña televisiva con Vigalondo porque esta ya había acabado. «Mi polémica, tantas veces muerta y resucitada, perdía todo el atractivo si no aparecía un castigo claro y contundente hacia mi persona de una maldita una vez», concluye.