Still Corners, liderados por la bella Tessa Murray -todo delicadeza y elegancia-, abrían la tercera jornada del festival en Joy Eslava. Con algo menos de media entrada, e intentando suplir con bastante éxito la ausencia de uno de sus guitarras, nos deleitaron con los temas de ‘Creatures Of An Hour’, su debut, como ‘Cuckoo’, ‘Into The Trees’ o ‘Endless Summer’. Las bonitas proyecciones también ayudaron. Ecos de Cocteau Twins o Mazzy Star flotaban en el ambiente, pero con una percusión más mecánica. Ideales para entrar en calor.
El aforo de la sala iba completándose según se acercaba la hora del comienzo de la actuación de otros londinenses, Veronica Falls, hasta llegar a abarrotar el recinto (incluso tuvieron que abrir el acceso a la segunda planta). Con el sonido C-86 por bandera, el cuarteto sabe que es uno de los grupos más cacareados del momento, y salieron a dar un estupendo y enérgico recital, convencidos de su potencial y convenciendo al respetable. Además de los temas de su homónimo debut, como ‘Found Love In A Graveyard’, ‘Stephen’ o ‘Right Side Of My Brain’, ofrecieron su habitual versión de ‘Starry Eyes’, original del mítico Roky Erickson. Pildorazo de frescura pop que fue un gustazo disfrutar.
Una cuantiosa parte de los presentes decidió marcharse (probablemente a ver a Handsome Furs) tras Veronica Falls, quedando aun así bastante gente. Quedaba la actuación final de la noche en Joy Eslava, y lo sentimos por los que se lo perdieron, pero Givers dieron el mejor concierto de los tres, y posiblemente el mejor de todo el festival, rivalizando con Superchunk, quienes lo bordarían al día siguiente. Juventud, energía y un asombroso dominio de los respectivos instrumentos, además de una potencia vocal de aúpa, fueron los elementos que se juntaron a eso de las diez de la noche para dejarnos a todos constantemente boquiabiertos durante la hora que estuvieron sobre las tablas. Las bondades de ‘In Light‘, álbum de debut de los de Louisiana (fue una noche de debutantes discográficos) en sincronía con otras bandas como Vampire Weekend o Ra Ra Riot, y con canciones de la talla de ‘Meantime’, ‘Ripe’ o ‘In My Eyes’, se multiplican en directo hasta niveles insospechables. A destacar, evidentemente, el poderío de Tiffany, cantante y multiinstrumentista, quien lo daba absolutamente todo (siendo justos todos lo estaban dando todo) sin fallar una nota vocal, de ukelele o de metalófono ni un golpe de percusión. Y por si esto fuera poco, versionaron ‘Girlfriend Is Better’ de sus mentores Talking Heads. No faltó su hit ‘Up Up Up’ en el bis para redondear. ¡Bravo, bravo, bravo!
De manera paralela, una sala más se añadía el jueves a la programación del San Miguel Primavera Club en Madrid. Se trata del Nasti, donde actuaron Tigercats. Son unos jóvenes londinenses casi novatos en esto: de hecho, el cantante, que actuó todo el concierto descalzo, confesó que había tenido que decir en su trabajo que estaba enfermo para poder venir a actuar. Anécdotas aparte, ofrecieron una solvente muestra de pop a medio camino entre los Arctic Monkeys menos distorsionados y los aires ligeramente afro-pop de gente como Vampire Weekend o Givers. Unas guitarras limpias y bien conjuntadas, unas baterías que se alejan de los típicos ritmos pop y un teclado algo soso y que no aportaba mucho, todo hay que decirlo. Solo han publicado tres singles de edición limitada (‘Banned At The Troxy’, ‘Easter Island’ y ‘Konny Huck’) pero el gusto que le ponen a lo que hacen puede dar que hablar en breve.
Handsome Furs, el grupo formado por el Wolf Parade Dan Boeckner y esposa, Alexei Perry, ha generado una expectación inesperada pues más de uno no pudo acceder a la sala y los que pudimos entrar in extremis lo hicimos bajo el agobio de un lugar repleto de gente. El sonido fue impecable pero todo, excepto la anecdótica guitarra que tocaba Boeckner, estaba enlatado y eso, para el que suscribe, resta puntos en un directo. Pero el dúo era todo energía, con una Perry medio choni que no paró de saltar y chillar y un Boeckner (su voz fue lo mejor de todo el concierto) que en su pretensión de subirse a cualquier sitio para ver cómo estaba la sala de llena se dio contra el techo. Parecían la versión rock de Nicolas Cage y Laura Dern en ‘Corazón salvaje’ más que una pareja felizmente casada.
Pese a hubo mucho desertor ante el agobio del aforo completo de la Siroco, la situación se repitió con Uusi Fantasia, ese grupo que aparece en escena con gafas de sol, caretas de calavera, contrabajo, trombón, etc. A decir verdad, estos chicos no se toman tan en serio a ellos mismos como pueda parecer, algo que combina perfectamente con su música, dance de inspiración ochentera muy a lo Com Truise pero más terrenal, con grandes influencias de la música disco y el funky. Aun así, fue un concierto francamente divertido y la única pena es que estos finlandeses no actuaran de nuevo a unas horas más acordes a su propuesta, es decir, pasada la medianoche. Quietmansmiling, Merridew.
Foto: Mariano Regidor (Primavera Club).