El final de Studio

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El final de Studio

A nadie se le escapa la impresionante progresión comercial y artística que el pop sueco ha vivido en la última década y que ha convertido al país escandinavo en uno de los mayores productores de música de calidad de todo el planeta. Y entre los proyectos menos reconocidos y menos populares está el del dúo Studio que, paradójicamente, ha sido de los que más han contribuido a forjar la identidad de su escena underground. Hace un par de días, a través de un escueto mensaje en su web, Lissvik anunciaba a modo de esquela la desaparición de Studio y de su sello Information.

Dan Lissvik y Rasmus Hägg se unieron en 2001 bajo el nombre The Studio y en sus inicios realizaban un pop de guitarras claramente inspirado en el indie británico ochentero (como atestiguan los tres singles editados por el seminal sello Service), nada excepcional. Pero en 2006 dieron un giro a su propuesta adentrándose en una electrónica sugerente y evocadora, aún conservando el protagonismo de las guitarras pero tratándolas de una manera más delicada, ornamentando un tejido de pop experimental que se alimentaba igualmente de dub y de chill ibicenco post-acid, como una extensión gélida de ‘Screamadelica’ sin gospel.

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Singles como ‘Life’s A Beach’ o ‘West Life’, ya editados bajo el nombre Studio en su sello Information, fueron reunidos después en ‘Yearbook 1‘ con la adición de nuevos números como ‘No Comply’ o los casi 16 minutazos de viaje de ‘Out There’. Editado solo en Escandinavia y ya casi inencontrable, es una referencia que hoy día se antoja ineludible para comprender la evolución del pop sueco (y eso incluye también lo estético), lo que implica a casi toda la familia Sincerely Yours (jj, Air France) y otros compatriotas como Lake Heartbeat o This Is Head, además de extender su influjo a propuestas geográficamente más lejanas como Washed Out o los propios Delorean.

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West Coast‘, la versión comprimida de ‘Yearbook 1’, sí fue editada internacionalmente y con ella lograron atraer la atención de bandas indies como Rubies o Shout Out Louds y divas pop como Kylie. Su remezcla en clave acústica y jamaicana de ‘2 Hearts’ era el principal gancho de ‘Yearbook 2‘, en el que compilaban diversas remezclas realizadas para los artistas mencionados (además de Love Is All, Brennan Green o A Mountain Of One). Sin embargo, parece lógico que fuera firmado como un nuevo volumen del dúo, dada la coherencia del sonido en una colección de remixes elegantes y suficientemente alejados de los originales para que se conviertan en material con identidad propia.

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A partir de ahí, parece que la actividad de Lissvik y Hägg comenzó a llevar caminos distintos. Mientras el primero trabajaba en su primer álbum en solitario y se entretenía con el grupo The Crêpes (junto a un miembro de The Embassy), realizaba numerosas remezclas para artistas como Mock & Toof, James Yuill o Fever Ray (su versión de ‘When I Grow Up‘ es un verdadero prodigio) que, en ocasiones, igualaban (e incluso superaban) las virtudes de los originales; Hägg, por su parte, apenas daba muestras de actividad salvo su participación en la mutación sonora que mostró El Perro del Mar con su álbum ‘Love Is Not Pop’, y parece que de nuevo hará lo mismo en su inminente nueva obra ‘Pale Fire’.

Continuaremos admirando sus probablemente fructíferos trabajos por separado, pero resulta difícil pensar que por separado lograrán una obra del calado y la importancia que Studio han tenido en el pop del último lustro.

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