Baxter Dury, que no falte el coñac

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Baxter Dury, que no falte el coñac

Los domingos suelen ser días grises auspiciados por una sensación de intranquilidad o desgana. Para hacer el último día de la semana menos monótono, La Casa Encendida se embarca en un nuevo proyecto llamado Soundays. En sus casi 12 años de existencia, este espacio cultural se ha convertido en un estandarte de la difusión cultural madrileña ofreciendo música y espectáculo a precios cuasi simbólicos a lo largo del año, además de brindar diferentes propuestas en las que todos los géneros tienen cabida (véase el Festival Internacional de Improvisación Hurta Cordel, Electrónica en Abril, etc.).
‘Soundays’ se celebrará cada domingo y este día 5, en su primera jornada, Baxter Dury fue el maestro de ceremonias.

Como bien mencionábamos recientemente, Baxter Dury carga con el peso de ser el “hijo de”. Sin embargo, el británico no parece temer a esto, porque como demostró en La Casa Encendida, está fuera de casi cualquier comparación (al menos musical) con su difunto padre, Ian Dury. Acompañado de otros cuatro músicos, Baxter aparecía a las 20.00 demostrando que el tópico de la puntualidad británica es por supuesto real.

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‘Francesca’s Party’ fue el tema que abrió el setlist junto a la pegadiza ‘Isabel’, donde el público se animó a bailar más allá del típico movimiento de cabezas en este tipo de recintos. Si ‘Happy Soup’ destaca por algo es por lo contagiosas que son sus canciones y por la inmediatez con la que la banda las lleva al escenario. Así, ‘Claire’ fue coreada por una gran mayoría, algo admirable si se tiene en cuenta el fuerte acento de Baxter, que como anécdota contó que enseñó ruso en Barcelona a principios de la década de los 2000.

La elegancia y el porte que tienen todos los músicos sobre el escenario, como recién sacados de una película de la Nouvelle Vague, jugó a favor. Sobre el escenario, el quinteto destacó por una complicidad que rozó lazos casi paterno-filiales, ya que Baxter no dejó de preguntar a sus compañeros cosas como: “¿Estáis bien, chicos?”. Madelaine Hart, única fémina de la banda, tiene una labor especial, ya que realiza coros en casi todas las canciones, aunque se ahoga por momentos cuando su interpretación es demasiado larga. Dury, por su parte, entre canción y canción, mezcló varios botellines de cerveza y dos vasos de coñac, lo que le ayudó seguramente a ser de lo más extrovertido con el interactivo público.

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La curiosidad me hace preguntarme por qué Baxter Dury, siendo un músico de gran categoría, es tan ignorado. Cuenta con todos los elementos para triunfar además de la socarronería justa a la hora de actuar. No solo canta, sino que establece un diálogo entre público y canción. Fácilmente uno se siente identificado dadas la cotidianeidad y espontaneidad de sus temas. La noche se fue sucediendo entre temas de ‘Floor Show’ y ‘Happy Soup’ y cuando llegó el momento de los bises, Baxter Dury no quiso despedirse sin olvidar el ‘Oscar Brown EP’, del cual interpretó ‘Oscar Brown’ para finalizar después con ‘Love In The Garden’. 8,5.

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