¿Scorsese haciendo una película infantil? Sí, pero con coartada. El libro de Brian Selznick ‘La invención de Hugo Cabret’ (SM, 2007), además de ser una fantástica novela juvenil que combina con gran acierto textos, ilustraciones y fotografías, es una obra profundamente cinéfila. Y pocos directores hay tan amantes del cine como Scorsese. Solo hay que ver su monumental ‘Un viaje personal con Martin Scorsese a través del cine americano’ (1995) o su labor como presidente de la Film Foundation (que trabaja por la preservación del patrimonio cinematográfico) para entender por qué el director de ‘Taxi Driver’ (1976) ha hecho un filme para todos los públicos.
Scorsese adapta la novela de Selznick en forma de apasionada carta de amor al cine, a los pioneros, a los prestidigitadores del incipiente y todavía balbuceante lenguaje cinematográfico. Para ello invoca a figuras del cine silente como los hermanos Lumière, Harold Lloyd o Georges Méliès. Luego, en un poético gesto posmoderno, los reivindica aprovechando la dimensión artística del 3D. Después de dos años de explotación puramente comercial, la llegada de ‘La invención de Hugo’ (junto a los documentales ‘Pina’ y ‘Cave of Forgotten Dreams’) ha vuelto a demostrar las enormes posibilidades creativas de la tecnología estereoscópica. El homenaje a la famosa ‘Llegada del tren a la estación de la Ciotat’ (1895), a lo que sintieron los primeros espectadores, asustados ante esas imágenes tan realistas, es uno de los usos del 3D más brillantes y emocionantes que se han hecho hasta ahora. Una hermosa manera de trazar paralelismos entre un invento que acababa de nacer, el cinematógrafo, y los actuales efectos digitales.
Pero además de su dimensión cinéfila, ‘La invención de Hugo’ funciona también en otros registros: 1) como trepidante película de aventuras, un relato de iniciación con un bello misterio por resolver, 2) como divertida narración cómica (aunque la mayor presencia del vigilante de la estación con respecto al libro sea lo más discutible de la adaptación), y 3) como conmovedor drama de resonancias dickensianas, con las consecuencias de la Gran Guerra y sus víctimas en forma de huérfanos como trágico telón de fondo.
‘La invención de Hugo’ es, por tanto, una película infantil y sobre la infancia, sí, pero ante todo sobre la infancia del cine. 8,5.