La victoria de Obama en 2008 convirtió en inesperado héroe mediático a David Plouffe, el arquitecto de la campaña electoral con la que los demócratas arrasaron a los republicanos en las presidenciales. Una figura habituada a manejarse en la sombra que acabó brillando más que la dentadura de su jefe. ‘Los idus de marzo’ (que hace referencia al día del calendario romano en el que fue asesinado Julio César) es un combate a cara de perro entre los Plouffes de ambos bandos, una fábula moral de brillo shakesperiano -“¡cuídate de los idus de marzo!”- sobre las esquirlas resultantes del choque entre la ambición y los ideales, el poder y cómo conseguirlo.
Ahora que el relato casi ha desaparecido del cine comercial, refugiado en las series de televisión tras ser expulsado por un cada vez más virtuoso (y divertido) cine de atracciones, el estreno de la última película de George Clooney supone una rareza. Con un guión más sólido que sus convicciones demócratas, el director de ‘Buenas noches y buena suerte’ (2005) no tiene más remedio que poner la puesta en escena de su película a los pies de Grant Heslov, su guionista habitual, y Beau Willimon, el autor de la obra de teatro en la que se basa. ‘Los idus de marzo’ está contada con la sobriedad del cine político de los 70, donde la frialdad de sus formas acentuaba lo incendiario de su contenido, donde una réplica en un diálogo era más incisiva que un desplazamiento de cámara con grúa telescópica.
Clooney pone su película al servicio del guión, sí, pero también la inyecta en los ojos de Ryan Gosling. El actor que mejor mira del cine actual lleva todo el peso de la película en una mano, mientras con la otra sostiene un duelo interpretativo con el extraordinario elenco de secundarios: Philip Seymour Hoffman, Paul Giamatti, Marisa Tomei y el propio George Clooney.
Una inmersión arremangada en las cloacas de la política que quizá no sea de una gran originalidad y abuse algo del lugar común (¿cuántas veces hemos visto esos encuentros confidenciales en bancos de parques públicos?), pero que está contada con más músculo dramático, fluidez narrativa e inteligencia discursiva que la mitad de las candidatas que optaban este año al oscar a la mejor película. What else? 8.