La Nave de Música del Matadero (y en concreto el Lecture Hall) se convirtió por un día en la base de operaciones de Kim Fowley, estrella de la última edición de FIB Cinema, mánager de The Runaways durante los 70 y conocido también por haber editado, producido, escrito y tocado con artistas como The Byrds, KISS, Alice Cooper, Nirvana, etc, además de por su labor como actor y director de cine experimental. En la tarde del domingo, el Lecture Hall de esta nave fue el sitio donde Fowley nos concedió una entrevista, acompañado de su nueva protegida, Snow Mercy. Ya por la noche, este mismo lugar fue la sede de una peculiar reunión de amigos entre los que se encontraban Duglas T. Stewart de BMX Bandits. A sus 72 años, Fowley se embarca en el Madhouse Tour, una gira que le ha llevado por diferentes ciudades europeas y en la que se presentan los cortometrajes ‘Dancing With The Dead, Pt. 1 y Pt. 2’ y ‘Golden Road To Nowhere’, proyectos de los que está terriblemente orgulloso.
Como había anunciado la nota de prensa, Kim Fowley respondió ante el público las preguntas realizadas por un periodista local, que simplemente fueron protocolarias, puesto que como veremos después en la entrevista que nos concedió esa misma tarde, el californiano no necesita preguntas: siempre tiene algo qué contar. En nuestras memorias quedarán consignas como: “Todos desearíamos que fuera ayer, estar en el pasado y esto ocurre por una simple razón: ayer éramos más jóvenes” o “Para poder sufragar mi enfermedad (cáncer) he tenido que explotarla, como el que explota tener un par de tetas postizas”. El objetivo de Kim Fowley no es dar ninguna lección, rehúsa hablar de su pasado porque “lo importante es el ahora” y se siente “como un viejo con un bastón”. Sin embargo, es imposible no aprender nada de alguien que se toma su cuarto cáncer con naturalidad y sobre todo, no reflexionar sobre la grave situación sanitaria que atraviesa Estados Unidos. Tras una hora de anécdotas, Kim fue llamando a los músicos que improvisarían con él en el Lecture Hall y al contar con un público tan reducido, fue sacando gente al azar, muchos con ganas de salir a la palestra y otros no tanto, mirando al suelo por timidez o quizá por la anatomía de los sillones de neón que llenaban la sala. Una sala que cuenta con una gran acústica, un valor agregado a esta repentina orquesta que incluyó en su set temas que salían sobre la marcha y cambiaban según Kim fuera indicando.
Lo vivido fue único. Y los sentimientos se dividen al ver cómo pese a que el propio artista diga que “como mucho le quedan 3 o 5 años de vida”, aún saque fuerzas para saber reírse de sí mismo y conseguir que los demás practiquemos en este ejercicio tan necesario.
“No empieces todavía a grabar –me dijo-, no me puedo concentrar con tanta belleza –dirigiéndose a Snow Mercy, su mano derecha-”. Kim Fowley es cuidadoso con la prensa, se despide debidamente de quienes lo entrevistan y Snow Mercy se encarga de anotar sus direcciones de correo electrónico. Kim vuelve a dirigirse a Snow Mercy y le dice: “Snow, quiero que tú también estés en la entrevista” y me pregunta: «¿Sabes que ella va a cantar con nosotros esta noche?». Le respondo asintiendo con la cabeza y a partir de este momento palpo que efectivamente, esta no es una entrevista al uso. El artista no se ciñe a responder a las preguntas sino que él también las plantea: «¿Has oído hablar de ella? ¿Sabes quién es?». Los nervios hacen que me olvide de Mercy, su segundo nombre, y es en este momento cuando la propia Mercy le dice a Kim que ella prefiere sentarse en otro lado y seguir trabajando con su ordenador y continuar con las gestiones de promoción, a lo que Kim replica: “Tu también formas parte de la entrevista, eres la estrella principal”.
Snow se va, contándome que al manejar todas las cuestiones de la gira acumula una gran cantidad de trabajo, pero Kim vuelve a insistir: “Acércate, Snow, está grabando y si te vas tan lejos no se va a escuchar lo que digas”.
¿Cuáles son las mejores bandas que has producido?
Kim: «He grabado cientos de discos, es difícil recordarlo».
¿Cómo ves la industria musical en este momento?
Kim: «Está acabada. Nadie quiere introducir un nuevo modelo de negocio y éste es necesario en el siglo XXI. No podemos hacerlo como lo hacíamos en el siglo pasado, porque ahora necesitamos el visto bueno de la sociedad».
¿Cuál es entonces el modelo que se debe imponer?
Kim: «Internet y todas las tiendas de descargas online (Amazon, Ebay, Play.com), el streaming y el vídeo bajo demanda. La música en sí no es culturalmente lo que era antes. Ahora la gente juega a videojuegos y folla».
Dijiste: “El rock and roll, la música popular y mis películas son arte desechable”. ¿Qué pasa con eso?
Kim: «Que es verdad. Ya no os importa la música, la escucháis cuando estáis paseando al perro. La música ya no cambia vuestras vidas o al menos no como tendría que hacerlo».
¿Cómo fue trabajar con The Modern Lovers?
Kim: «Con sinceridad, Jonathan (Richman) es una de las personas más crueles que he conocido en el «show business», es muy ambicioso. David Robinson y Jerry Harrison eran muy buenos tipos y con este grupo hicimos música interesante, pero estaban peleando todo el tiempo».
¿En qué estás trabajando en este momento?
Kim: «Estoy trabajando con Snow Mercy. ¿Conoces a los Cowboy Junkies? Snow –la llama-, ven a poner una canción».
Snow nos pone diferentes canciones de ‘White Hot Cold’. Kim dice que la música suena muy bajo, pero mueve la cabeza con gesto de aprobación y pregunta: «¿No es verdad que esta música es ideal para fumar?».
¿Qué has encontrado en Snow Mercy para ejercer este padrinazgo con ella?
Kim: «¿No lo ves? (risas) Es preciosa».
¿Desde cuando trabajáis juntos?
Kim: «Desde Halloween de 2011».
¿Has pensado en retirarte algún día?
Kim: «No. Cuando me muera».
¿Qué grupo actual te gustaría producir aparte de a Snow Mercy?
Kim: «Bueno, Snow Mercy y yo tenemos un grupo».
Kim vuelve a llamar a Snow Mercy y escuchamos ‘Hipster Goth‘, una canción de su proyecto en conjunto.
Snow Mercy, ¿cómo es trabajar con Kim?
Snow Mercy: «¡Oh! (se ríe y se sonroja) Es impredecible, intenso, divertido y siempre interesante. Es como estar en una montaña rusa todo el tiempo».
¿Cuál es vuestro objetivo con los diferentes cortos que estáis haciendo?
Kim: «Que responda a esto Snow, que es directora de cine».
Snow: «No, ninguno, solo divertirnos».
Kim: «Simplemente decir: «¡hey, estoy aquí! ¡Me estoy divirtiendo filmando a un bulldog comiéndose un trozo de pollo y es fascinante! Es divertido y sin ninguna carga intelectual»».
Kim me enseña diferentes cortos y me pregunta su opinión sobre ‘Golden Road To Nowhere’. Cuenta que en esta ocasión fue él mismo el que estuvo detrás de las cámaras filmando a Snow Mercy y que próximamente estrena ‘Sunset Strip The Movie’, en la que aparecen, entre otros, Johnny Depp y Mickey Rourke, a los que no ha conocido porque cada parte está filmada por separado.
¿Es posible que vuelva a existir un grupo como The Runaways?
Kim: «Sí, pero solo en el futuro. He viajado al año 2020, y va a salir una banda de chicas maravillosa. Hace 37 años todo fue horrible, nos sucedieron muchas desgracias, entre otras uno de mis cánceres».
Snow: «A propósito de eso, vamos a estrenar una película sobre la enfermedad de Kim en julio de este año. También la presentaremos en Madrid».
Después de estas preguntas, Snow coge su inseparable cámara compacta y nos graba, Kim es ahora el que me entrevista. Dicen que esto saldrá en su próxima película. Kim me pregunta si la grabadora sigue encendida y concluye: “El único motivo por el que gusta Kim Fowley es porque siempre ha tratado a las mujeres con respeto y dignidad. Todos saben que soy un bastardo y un mujeriego pero lo único que puedo sentir hacia las mujeres es respeto”.