Lo admito: el abuso de la nostalgia de nuestra infancia ochentera (que si la Nocilla, ‘La Bola de Cristal’, ir al cine a ver ‘Indiana Jones y el Templo Maldito’, etc.) y su uso en un discurso autorreivindicativo y hasta victimista ha acabado por provocarme urticaria. La instauración de la Movida como «sancta santorum» de la música pop española, algo que te tiene que gustar sí o sí cuando en realidad se refieren a Mecano, Los Secretos y Nacha Pop -y en este último caso, única y exclusivamente por ‘La Chica De Ayer’-, me ha quitado las ganas de escuchar música de los ochenta. Por eso lo que ha conseguido Linda Mirada tiene más mérito todavía. Su visión de la década prodigiosa está exenta de reivindicaciones y de lugares comunes; está buscada en recovecos, en recuerdos que se escapan y que son tan fugaces que tienen que ser recreados. Y en esta pasión por rehacer milimétricamente sus recuerdos es donde consigue el impulso de la creatividad.
‘Con Mi Tiempo Y El Progreso’, culminado en San Francisco con la ayuda de Bart Davenport, al igual que su primer disco, es la cruz de la moneda que lanzó al aire Ana Naranjo con ‘China Es Otra Cultura‘ (2009). Donde el anterior era lúdico y bailable, este es contemplativo y tristón, nostálgico. Esto no quiere decir que sea un álbum oscuro, no hay más escuchar ‘Mientras La Música No Pare’ o ‘Secundario‘. Pero el punto fuerte de este disco se encuentra en esas canciones que ponen su mirada en el horizonte, que abandonan la rutina diaria para trasladarse a parajes vacacionales. Concretamente, al Puerto de Santa María. Sí, ‘La Costa’ y ‘La Playa’ son las dos cumbres junto a ‘Dinamo’, pero ese aire de atardecer frío de finales de verano también se encuentra, por ejemplo, en ‘Adicta A Nivel Internacional (Un Día Más)’, historia de una fan fatal basada en parte en una experiencia propia y en parte en una historia que conoció, gracias a Twitter, sobre una argentina (busquen a Verónica Christen) que cree tener una relación con un jugador de polo… al que no conoce en persona.
Detrás de algo en apariencia tan ingenuo y fácil como este disco se encuentra, sin embargo, un trabajo arduo. Solo así se consiguen diez cortes tarareables de principio a fin, unas letras sencillas con referencias constantes al mar que de una forma u otra se te quedan y unas historias sobre amores fugaces y una producción milimétrica con una atención, como la propia Linda Mirada reconoce, casi obsesiva por el detalle. Cada canción tiene su propia estructura rítmica (atención a ‘Aire’), su sonido diferenciado, sus arreglos de sintes en forma de pregunta-respuesta, líneas subyacentes y todo lo que su creatividad le permita, sin recargar en exceso ningún tema.
En definitiva, el juego revivalista de Linda Mirada, lejos de ser algo ya gastado desde la primera escucha, es una visión fresca del pop de cualquier época. Podemos quedarnos simplemente en la nostalgia de un tiempo mejor o, como propone ‘Con Mi Tiempo y El Progreso’, partir de la anécdota y la referencia para disfrutar de unas canciones atemporales.
Ana Naranjo presenta ‘Con Mi Tiempo Y El Progreso’ el 12 de mayo en Sevilla (Obbio) y el 18 y 19 de ese mes en Madrid (Juglar).
Calificación: 7,6/10
Lo mejor: ‘La Costa’, ‘Las Cosas Nunca Salen Como Las Planeas’, ‘Dinamo’, ‘La Playa’
Te gustará si te gustan: La vena más sinte de Roxy Music, Mecano, Radio Futura y un largo etcétera ochentero.
Escúchalo: Deezer
Debate: Foro sobre Linda Mirada