Youzee, la plataforma de vídeo bajo demanda por la que apostaba Yelmo Cines anunciaba ayer que daba por finalizado su modelo de suscripción (por 6,99€), que despedía al 80% de su plantilla (ahí es nada), que era el momento de centrar su catálogo en el alquiler, y que de ahora en adelante ese sería su modelo de negocio (aunque anuncian en su blog algo que «gustará» a los usuarios de la plataforma, pese a que de momento no han sido capaces de determinar qué va a ser).
Rápidamente, el mundo en general se ha dado a las excusas baratas para achacar este fallo a diversos motivos, a saber: que si el crecimiento del mercado es muy lento, que si el modelo de negocio está en un momento muy complicado, que si el estado de la economía no ayuda, que si es imposible competir contra lo gratis, que si en este país lo queremos todo, lo queremos gratis y lo queremos ya y que si es que en España la gente se alegra de que falles cuando intentas hacer algo grande. Bueno, esto no es una excusa, pero lo hemos visto también por Twitter.
Muchas de esas excusas serán válidas, pero a mi parecer no son más que una batería de balones fuera para explicar un problema que en parte también era interno y que, en realidad, no hacía falta rascar mucho para ver dónde estaba. Puede que la culpa fuera de las distribuidoras, que eso no lo vamos a negar, pero un simple vistazo a una comparativa publicada durante el mes de abril arrojaba unos datos esclarecedores: frente a las casi 1800 películas que atesora Filmin (y que aumentan cada semana), Youzee contaba únicamente con poco más de 400. Una simple búsqueda de películas que yo mismo he alquilado hace poco en Filmin sirve para certificar que algunas (y no precisamente estrenos) ni están ni se las espera. Ni rastro de ‘Pa Negre’, ni de ‘Canino’, ni de ‘Crash’, ni de ‘Declaración de Guerra’, ni de ‘El discurso del Rey’…
Pero probablemente este no sea el único tropezón que parece haber llevado a Youzee a la ruina: su excesiva cerrazón con respecto a plataformas externas al ordenador y su incapacidad para desarrollar algunas piezas que deberían haber sido clave desde su nacimiento ha sido patente. Parece que el servicio de Smart TV no funcionaba todo lo fino que debería, y en todo el tiempo que llevan online no ha aparecido la cacareada aplicación para iPad, que sigue en un paradero más desconocido que el marido de Cristina Cifuentes. Esto no sería especialmente problemático si la página web de Youzee permitiese ver filmes directamente en la tableta como lo hacen algunos de sus competidores, pero oh, demonios, su reproductor usa Adobe Flash, un complemento no soportado por una de las tabletas más vendidas en el mercado español.
Eso sí, sin lugar a dudas, si hay una estrategia que es mala -pero rematadamente mala de verdad- esa es la de dejar cuestiones que preocupan a tus usuarios, a tus clientes, a gente que se interesa y paga por tu servicio, sin contestar (o al menos no hacerlo de forma pública, como se venía haciendo hasta ahora, que desconozco si han contactado con ellos personalmente). Porque la imagen que arrojan algunos hilos de su página de soporte (1, 2, 3) es, sin lugar a dudas, lo primero que deberían cuidar al máximo.