Dos años han pasado desde que los madrileños nos maravillaran con su segundo LP, titulado ‘(II)‘, y parece que no somos los únicos en haber caído en sus redes, pues el grupo está cada vez más en boca de todos y son más los escenarios que los acogen. Parece poco tiempo en realidad, porque aquel álbum suena tan fresco como el primer día, pero el calendario marca 2012 y, para alegría de sus seguidores, el grupo ha aprovechado bien el tiempo, ofreciéndonos una nueva entrega que han dado en llamar ‘(III)’, fieles a su estilo habitual de nomenclatura. Si su debut parecía centrarse en una temática acuosa y la continuación a éste llegaba a tierra firme a través de un río, la idea que domina este tercer disco tiene que ver con el aire y el espacio, a juzgar por los títulos de las canciones. No parece coincidencia que un concepto así sea el protagonista, pues Toundra vuelan aquí más alto que nunca. Decíamos en la crítica de su predecesor que un número más alto en el título equivalía a una versión superior de la banda y la prueba de que se han vuelto a superar a sí mismos es bien patente. En un género tan manido como el post-metal, estos chicos demuestran que hay mucha más tela que cortar si se exprime uno bien el cerebro.
Para no estancarse han hecho varias cosas: por un lado han perfeccionado un tipo de composiciones que si antes estaban dominadas ahora son ya perfectas, y por otro se han atrevido a explorar. Como colofón, todo queda atado y bien atado con una producción que es de quitarse el sombrero, dando la fuerza necesaria en las partes más áridas sin perder detalle en las más delicadas. Entre el primer grupo de temas están cortes como ‘Ara Caeli’, ‘Cielo Negro’ o ‘Marte’, donde combinan momentos de calma y explosiones de distorsión. Las dos primeras están enlazadas, funcionando casi como una, y abren el disco de una manera inmejorable: con una base rítmica sólida como el acero, las guitarras se esparcen a placer, entre punteos y acordes, acompañadas por un sección de cuerda que, lejos de saturar el ambiente, lo refuerza en los puntos oportunos. Desde las partes más calmadas a las más enérgicas no se puede estar ni un solo segundo sin permanecer atentos a cada movimiento, con los pelos de punta, con el corazón en un puño. No es fácil emocionar con tanta facilidad, pero ellos lo logran. En el tercero de los temas nombrados se vuelven mucho más veloces y algunos punteos nos pueden recordar a grandes himnos como el ‘Wasted Years’ de Iron Maiden, lo cual es una gozada.
Las guitarras acústicas no son una novedad para quienes conozcamos su discografía, pero en ‘Requiem’ toman el protagonismo en su primera mitad, al ritmo lastimero de una balada que va tomando forma según se cambia acústica por eléctrica y se añaden más elementos como las cuerdas, acabando con un tono bastante épico, solo de guitarra incluido. Cerrando el álbum de manera circular están ‘Lilim’ y ‘Espírita’, en el mismo estilo que las iniciales, pero con personalidad propia y distintos giros que no habíamos escuchado. Huelga decir, aunque lo recordamos, que el cuarteto sigue desconociendo la palabra relleno. En ‘(III)’, Toundra se renuevan sin moverse del sitio, pero lo mejor es que llegue a los oídos y haga flotar. Después de eso no hacen falta más explicaciones; sobran las palabras y ellos lo saben mejor que nadie.
Calificación: 8/10
Lo mejor: ‘Cielo Negro’, ‘Ara Caeli’, ‘Marte’, ‘Lilim’.
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Escúchalo: Descarga a la voluntad