Aunque todo apuntaba al desastre, simbolizado incluso por la salida de tono de su frontman en un concierto poco antes de que saliese a la calle, la verdad es que ‘¡Uno!‘, la primera parte de la trilogía que Green Day nos han prometido para estos meses, no está nada mal. Sin ser un álbum de refundación o una tabla rasa en la historia de la banda tras la épica desbocada de ’21st Century Breakdown’, por lo menos es entretenido, devolviendo al trío a unos orígenes mucho menos serios que lo que nos tenían acostumbrados en los últimos tiempos. Por ello, merece la pena seguirles el hilo y adentrarse en ¡Dos!, una segunda parte con el careto del bajista Mike Dirnt en una portada de similar diseño, pero con el naranja como color de fondo. Habrá quien piense que lo mejor hubiese sido dejarse de trilogías y concentrar lo mejor de cada disco en una sola entrega, en vez de dilatarlo todo tanto, sobre todo por el riesgo que conllevaría incluir demasiados temas de relleno.
Si la simpleza y una vuelta a poner los pies sobre la tierra es el lema que han decidido enarbolar, es paradójico que presenten su nuevo trabajo en un formato tan épico como un triple álbum, pero allá ellos. En conjunto, este disco sigue la estela que dejó la primera parte, es decir, se trata de un nuevo compendio de canciones desenfadadas y disfrutables. El meloso single ‘Stray Heart‘, en el que sueltan un poco el acelerador del punk, podía apuntar a que en ‘¡Dos!’ han rebajado la intensidad que contenía gran parte de su predecesor, y otros temas como ‘Wild One’, ‘Lazy Bones’ o el inicial y acústico ‘See You Tonight’ podrían confirmar esto, pero esa teoría no dura mucho cuando los comparamos con otros como ‘Stop When The Red Lights Flash’, ‘Makeout Party’, ‘Ashley’ o ‘F*** Time’; rabiosos e incluso más rockeros que los de ¡Uno!.
Las dos canciones que realmente se salen del patrón son ese despropósito llamado ‘Nightlife’ (donde se mueven entre el rap, el rock y el reggae y cuentan con una voz femenina que medio rapea y acaba siendo bastante molesta) y la balada ‘Amy’, dedicada, efectivamente, a Amy Winehouse, y con unos aires retro más propios de Miles Kane que de Billie Joe, pero que gracias a sus pocos elementos (voz y guitarra limpia con un poco de reverb) acaba siendo resultona. Aunque por lo general es un álbum que se deja escuchar, casi ninguno de los temas deja huella y por ello empieza a dar la sensación de que no tenían tantas buenas ideas como para triplicar la oferta. ¿Aguantarán el tipo en ‘Tré’? Parece que necesitan un milagro.
Calificación: 5’8/10
Lo mejor: ‘Lazy Bones’, ‘Stray Heart’, ‘Makeout Party’, ‘Ashley’, ‘Amy’.
Te gustará si te gustó: ‘¡Uno!’ y tienes ganas de más
Escúchalo: Spotify