Hurts / Exile

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Hurts / Exile

El título del segundo disco de Hurts ha terminado siendo premonitorio, apuntando a «flop» desde antes de salir, empujando al que fuera el dúo de moda a un «exilio» del que no se sabe cómo van a volver. Rechazado por sus bastiones en otros tiempos, la BBC, que abiertamente ha escrito en Twitter que tenían cosas más importantes que pinchar, y Popjustice, con ese doloroso artículo en el que indicaban que lo habían intentado con el álbum, pero que no había manera, la continuación de ‘Happiness‘, que sigue siendo igual de maravilloso que el primer día (la aparentemente inofensiva ‘Stay’ terminó siendo mi favorita), llega al mercado con un duro calvario por recorrer.

El error ha sido muy claro. Si un día nos encantó el grupo fue -aparte de por un par de rompepistas, de esos siguen saliendo a diario- por su dedicación a la balada atemporal al margen de las modas, mucho antes de que se pusiese de moda Lana del Rey. Pero el grupo, por alguna razón, aún autoproduciéndose, ha cedido demasiado terreno a los sonidos «actuales» en Reino Unido, dubstep incluido, perdiendo gran parte de su personalidad. Ahora también citan en sus playlists sobre sus artistas favoritos cosas como Nine Inch Nails, Black Sabbath o Salem, abrazando ese sonido al borde del abismo que suelen adoptar los grupos a punto de separarse o con problemas internos (pienso en los Depeche pre-‘Barrel of a Gun’, Evanescence o incluso La Oreja). Cuenta Theo que ha leído ‘La carretera’ tres veces mientras se gestaba el álbum y que el adelanto ‘The Road’, inspirado en ‘Crash’ de J. G. Ballard, es una muestra de lo lejos que querían llegar haciendo una canción oscura. Depeche son efectivamente una referencia (‘Cupid’ recuerda a ‘Personal Jesus’) y su sonido no se ha radicalizado tantísimo, pero lo malo es que el resultado final se acerca peligrosamente al de una banda para emos adolescentes alemanes, como sucede en el single ‘Miracle’ o en la misma ‘The Road‘, quizá el peor número 1 de la historia de nuestro top.

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Y es que aparte de haber cedido demasiado terreno de su propio sonido, hay varias decisiones en la producción de dudoso gusto que rozan lo irritante. ‘Sandman‘, un tema sobre esperar a un hombre del saco que no llega, ha sido decorado con unas molestas voces infantiles apitufadas. Y en ‘Blind’, nadie puede concentrarse en su historia sobre el arrepentimiento de haber dejado a alguien, con esos «oe oeo» soltados de manera completamente aleatoria.

Por suerte, cuando apenas salvabas ‘Only You’ de la quema, y sin alcanzar precisamente el carisma de canciones como ‘Better Than Love’ o la misma ‘Sunday’, el álbum remonta con sus cuatro últimas canciones: las baladas ‘The Crow’ y ‘Somebody To Die For’, en las que vuelven a jugar con esa figura femenina que pasa de engatusarte a anhelarse; la muy influida por M83 ‘The Rope’ o ‘Help’, que como pista final no puede ser más descriptiva: «siento la oscuridad llegar / tengo miedo de mí mismo / he arrojado mi pena y echado a correr / porque necesito ayuda».

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Calificación: 5,4/10
Lo mejor: ‘Only You’, ‘The Crow’, ‘Somebody To Die For’
Te gustará si te gusta: los Depeche más decadentes, el sonido de una banda a punto de separarse
Escúchalo: The Guardian, Deezer

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