El proyecto Kafea eta Galletak (Café y Galletas) surge hace unos cinco años en Guernica (Vizcaya) de la mano de Leire e Ibon, que pensaron que sería muy buena idea realizar audiciones de discos que pudieran comentarse mientras el público se tomaba un café con pastas. Las audiciones iban acompañadas de un texto sobre el álbum y de una actuación en directo de algún artista local. El proyecto fue consolidándose hasta que alguien decidió traer el espíritu de aquel «gaztetxe» a la capital. El lugar elegido fue el Casinillo de la Colonia Obrera, una asociación vecinal en el barrio de Ciudad Jardín (Chamartín) que parecía cumplir todos los requisitos para tan peculiar merienda.
El primer invitado al Café y Galletas madrileño fue Anntona, que eligió para la audición el álbum ‘Sell Out’ de The Who. Lorena Álvarez fue la protagonista de esta segunda edición de Café y Galletas. Después de una introducción de Leire, recién llegada del País Vasco, sobre los objetivos de los encuentros de Café y Galletas, la asturiana anunció: «como no me gusta ningún disco, he seleccionado mis escenas favoritas de un documental». Se trataba de ‘Mientras el cuerpo aguante‘ de Fernando Trueba. Y así fue. En vez de audición, asistimos al visionado del monográfico sobre Chicho Sánchez Ferlosio, rodado en Sóller (Mallorca) en 1981. Hijo del fundador de la Falange Española, el cantautor y filósofo se desmarcó desde muy joven de la ideología familiar formando parte de grupos opositores del régimen franquista. En el film desarrolla su particular visión de la sociedad, siendo muy duro con los políticos de la época y crítico con los cánones establecidos en aquella España de la Transición. Y de esta manera (y con los pelos completamente de punta) comprobamos cómo sus ideas sobre el sistema jurídico o el poder de un pueblo que lucha contra el abuso de sus gobiernos podrían haber sido expresadas en cualquier foro actual.
Lorena Álvarez consiguió que nos lleváramos a casa un pedacito de Chicho Sánchez Ferlosio para poco después volver a hacer gala de su desparpajo y simpatía habitual en el escenario. Esta vez ella sola, sin su Banda Municipal, pero con su guitarra y su bombo, dio un repaso a las canciones de su largo ‘Anónimo‘ mientras invitaba a los asistentes a participar del espectáculo desde el propio escenario. Parte del público eran socias de la asociación vecinal y, con una media de edad de unos 70 años como mínimo, se mostraron divertidas y en animado diálogo con la artista. Mientras Lorena se decía «es que no entiendo por qué no bailan», una asistente probablemente octogenaria respondía «a nosotras es que nos gusta el rock’n’roll». La diversión marcó la velada y Lorena aprovechó para presentar un nuevo tema titulado ‘Cuesta abajo’.
Al final, por petición popular, Lorena Álvarez hizo una versión del pasodoble ‘Me voy a escapar contigo’ de Manolo Escobar que algunos asistentes bailaron muy animados. También de forma espontánea, otro miembro del público subió con Lorena decidido a cantar ‘Sarandonga’ de El Pescaílla que, entre carcajadas generales, sirvió para despedir la tarde. Aunque el colofón real estaba por llegar. Animadas por el organizador del evento, Ignacio Cerillas Garibaldi (Discos Garibaldi, Madrid PopFest…), las socias de El Casinillo subieron a cantar el pegadizo himno de la asociación. Lorena no se separó de ellas ni un segundo y en aquel momento lo que menos apetecía era irse de aquel lugar.
Esperamos las fechas exactas de los próximos Café y Galletas en El Casinillo de Chamartín en los que ya se sabe que se contará con artistas como Betacam o Giorgio Bassmatti.
Foto: Estrella Checa.