Muchos recordamos el chasco que nos llevamos cuando Ana Pastor fue despedida de Televisión Española. El programa que presentaba, ‘Los Desayunos de TVE’, había conseguido convertirse, con el paso del tiempo, en uno de los pocos espacios de la televisión pública donde se hacían las mejores entrevistas del panorama nacional. Es por eso que, cuando La Sexta anunció que Pastor sería la encargada de seguir la estela de Jordi Évole los domingos, nuestra alegría fue morrocotuda.

El pasado domingo se estrenaba ‘El Objetivo’, tras una cuidadísima campaña de promoción en casi todos los programas de la cadena, en la que sus responsables se desgañitaban diciendo que se iba a tratar de un espacio sumamente objetivo en el que solo se haría periodismo de datos. Esto es, se ofrecerían los datos al público, para que pudiesen formarse su opinión sin injerencias. Además, anunciaban la introducción en España del «fact check», una herramienta que nos ayudaría a discernir si las cosas que dicen nuestros políticos son verdad o no lo son tanto. Y fue entonces cuando pudimos ver dónde fallaba el programa, en algunos casos catastróficamente.

Lo primero es que es francamente difícil crear un programa que sea objetivo al cien por cien, pero lo es aún más cuando Ana Pastor se enfrenta únicamente a una persona que ofrece los tan traídos y llevados datos. En algunos casos, el responsable de ofrecerlos es un experto, que en la mayoría de las ocasiones ni siquiera puede reprimirse a la hora de emitir alguna opinión o algún juicio de valor. Más flagrante es el caso que se nos presentó con respecto a la transparencia en España: ¡el encargado de ofrecer los datos era alguien de quien ya sabíamos su opinión! ¿Cómo se puede defender la objetividad de un programa invitando a una parte implicada?

El segundo fallo vino de la mano de una de las reinas del espacio: la prueba de verificación o «fact check». Si bien estamos ante una herramienta francamente útil, es innegable que La Sexta se ha dejado llevar por la purpurina del periodismo-espectáculo estadounidense, que lleva utilizándola bastantes años. Para ello, ha huido de sus versiones más serias y enfocadas al análisis, como Factcheck.org, y se han entregado a una auténtica orgía de datos en tiempo récord, presentada por alguien que generalmente está metido en el ajo, para después mover el termómetro a izquierda o derecha sin darle mayor importancia. ¿Explicaciones, análisis…? ¿Quién los necesita?

Sin embargo, no es esta la sección de ‘El Objetivo’ la que más palos se ha llevado. La ganadora ha sido ‘El Españolisto’, una especie de sketch de cinco minutos de duración en la que se desgranan con gracia y cierta sorna algunos de los últimos episodios de corrupción en nuestro país. Yo personalmente no he entendido la crítica y he de decir que a mí me hizo gracia, recordándome a la soltura con la que Aleix Saló explica la coyuntura actual. Que te rías no quiere decir que no sea serio, sobre todo viendo el momento en el que estamos…

Esta semana, eso sí, alguien parece haber recalado en la importancia de devolver a la Pastor a su ámbito natural, y será Luis de Guindos, Ministro de Economía, quien visite el programa. Por suerte a alguien se le ha ocurrido no alejar a la presentadora demasiado de un género que maneja con total maestría.

Calificación: 5,5/10
Destacamos: que nos alegra que, al menos, La Sexta siga en sus trece de dedicar los domingos a un programa informativo.
Te gustará si: el telediario te sabe a poco.
Predictor: pese a los peros, arrasó literal en su primera edición con un 14,9% de share, convirtiéndose en el segundo programa más visto del prime time tras la película de Antena 3.