La banda que Ernesto González, miembro de los seminales del indie nacional The Pribata Idaho, montó tras la desaparición de su anterior grupo ha culminado sus ya más de diez años de andadura con ‘III’, un tercer álbum publicado hace un par de meses con aroma de obra decisiva, que condensa todas las virtudes que Grupo Salvaje mostró en sus álbumes previos y las unifica de forma coherente. Los siete años transcurridos desde ‘Aquí hay dragones’ no solo han servido para que Ernesto afinara su pluma para escribir todos sus textos en castellano, una decisión fundamental para hacer que su propuesta se consolide. También han permitido al quinteto madurar y concretar la personalidad de su música, una propuesta que acerca a nuestras tierras el country gótico de The Handsome Family, las murder ballads que dignificó Nick Cave o el Bob Dylan más trovadoresco.
Grupo Salvaje dominan ya la épica del rock y la alimentan en desarrollos poderosos, como en la extensa ‘Vigilia de Pentecostés’, ‘Te has quedado para vestir santos’ o ‘VII’. Pero además, asistidos técnicamente por Fino Oyonarte (Los Enemigos, Clovis, Los Eterno), diversifican la sonoridad de estas once canciones con una estupenda variedad de recursos que van de fagots al lap steel, pasando por la mandolina o la guitarra de doce cuerdas, ofreciendo una riqueza de matices poco habitual por estos lares, deteniéndose en los detalles y en las tonalidades que van del ocre al sepia, colores dominantes en este álbum. Su manejo del blues y otras tradiciones norteamericanas, combinados con el uso del castellano, hacen de ‘III’ un álbum de gran carácter, que permanece fiel a la filosofía del grupo pero del que sin duda también podrán disfrutar los fans de Nacho Vegas, Abraham Boba o Tulsa, como bien muestran las atinadas ‘aDiós’, ‘Su abismo’, ‘Vals de las olas contadas’ o ‘Tormento‘, con ese cambio cha-cha-chá tan curioso e irresistible.
‘III’ aporta también un singular punto de escapismo, con aventuras a veces fantásticas (‘Leviatán’, ‘De Hornos al fin del mundo’ o ‘Regreso a Tsalal’), otras bélicas y negras (‘aDiós’, ‘Vigilia de Pentecostés’) e incluso bíblicas (‘VII’, ‘Jonás de las manos sucias’), que se vale de imágenes y roles de autores como Julio Verne, Joseph Conrad o Herman Melville para presentar personajes golpeados por la vida que, inexplicablemente, aún conservan fuerzas para sostenerse tras la derrota. Quizá cabría buscar algún guiño metafórico con nuestra situación socio-económica en ellas, pero pienso que merece más la pena quedarse con la vía de evasión que supone su sentido más estrictamente literal (y literario): dejarse llevar y abstraer por un disco fantástico que, sin duda, redibuja el presente del Grupo Salvaje y nos hace esperar aún más de su futuro.
Grupo Salvaje actúan mañana día 20 de junio en el Teatro del Arte de Madrid, dentro de la programación del Día de la Música en salas.
Calificación: 7,3/10
Lo mejor: ‘Tormento’, ‘aDiós’, ‘De Hornos al fin del mundo’, ‘Su abismo’, ‘Regreso a Tsalal’
Te gustará si te gustan: las murder ballads de Nick Cave, Nacho Vegas, The Handsome Family
Escúchalo: Deezer