¿Cómo han pasado London Grammar de ser casi unos desconocidos a encabezar la lista de favoritos para ser nominados al Mercury Prize, que se da a conocer hoy, sin apenas haber editado su debut? El más prestigioso premio británico ha sido tradicionalmente generoso con artistas noveles desde los 90 con Suede o Portishead, hasta el año pasado con alt-J, pasando por la década de los 00’s con el reconocimiento a Franz Ferdinand, Arctic Monkeys o Klaxons. Pero los ganadores más relacionados con el trío que nos ocupa son The xx. No se conocen entre ellos, pero estos sí tuvieron en cuenta a London Grammar para el festival que diseñaron recientemente, ‘Night + Day’.
Las razones por las que los llamaron son evidentes desde que comenzamos a escuchar ‘If You Wait’. No sólo el minimalismo y la paciencia de los instrumentos, las melodías tan tristes, las letras tan directas -casi adolescentes- y las guitarras (ya en el primer tema ‘Hey Now’) remiten a los de Romy Madley Croft; sino que hasta los teclados de ‘Shyer’ parecen inspirados por las aportaciones de Jamie xx a ‘Coexist‘. London Grammar no niegan haberse empapado bien de la música de una de las últimas bandas favoritas del mundo, pero asimismo suelen contar en las entrevistas que hay una parte de su música (y citan la sollozante ‘Wasting My Young Years’ como ejemplo) que no pega tanto a The xx, aunque curiosamente estos siempre han mostrado también interés por eso que más diferenciaría a la nueva banda: el tono de diva de Hannah Reid, en verdad muy conectado con Florence Welsh… a quien The xx han versionado.
London Grammar logran, a pesar de las comparaciones, su pequeño hueco en la escena británica, sintiéndose próximos de alguna manera a otros grupos inquietos que no se limitan a bajo-batería-guitarra como por ejemplo AlunaGeorge, o colaborando en el disco de Disclosure. Su música está más enfocada en general al piano que la de todos los artistas mencionados, como sucede en ‘Interlude’, y cuando se te ocurre que sus composiciones pueden ser demasiado blandas, perdiéndose entre rimas de «trust» con «lust» y de «rust»… ¡por supuesto que con «dust»!, salvan el conjunto del álbum con variedad y consistencia.
Llama la atención que su mayor éxito hasta la fecha, ‘Strong‘, no fuera en realidad una de sus primeras canciones dadas a conocer, pero hay más sorpresas entre su repertorio. La versión de ‘Nightcall’, que abría la banda sonora de ‘Drive’, ya un clásico, puede parecer obvia, pero su inclusión es necesaria porque el tema está prácticamente irreconocible, absolutamente maravilloso en su desvergonzada desnudez. ‘Metal & Dust’, que titulaba su anterior EP, puede llegar a bailarse y es todo lo sensual y evocador que no es ese remix de Lana del Rey que, de manera absurda, está arrasando ahora en las listas de éxitos más que el propio ‘Summertime Sadness’ el verano pasado. Por su parte, ‘Flickers’ cuenta con un punto más tribal y directo, más jazzy y soul, definitivamente dando bastante cuerpo a un LP que incluso mantiene el interés en sus bonus tracks, con cortes como el realizado junto a Disclosure o el más negro ‘When We Were Young’. Lo tienen más fácil que la media para su segunda entrega: sólo tienen que desarrollar uno de estos pequeños frentes abiertos.
Calificación: 7,7/10
Lo mejor: ‘Strong’, ‘Metal & Dust’, ‘Flickers’, ‘Wasting My Young Years’
Te gustará si te gusta: The xx, Florence + The Machine, Leona Lewis
Escúchalo: Soundcloud