Angel Haze / Dirty Gold

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Angel Haze / Dirty Gold

angel-haze-dirty-gold¿Es la salida del álbum debut de Angel Haze la peor programada de todos los tiempos? Probablemente, pero en parte la culpa la tiene ella misma, que lo filtró por su cuenta en Internet el pasado 18 de diciembre harta de que Island pospusiera su lanzamiento una y otra vez, la última con intención de que saliera este mes de marzo. Así, al sello de la rapera no le quedó otra que sacarlo un ¡30 de diciembre! Para que luego digan que la revolucionaria es Beyoncé.

Angel Haze llevaba un tiempo agitando la escena underground con sus mixtapes. La suya es una labia poderosa, que no emite palabras sino que las escupe, y los productores con los que ha trabajado han entendido a la perfección su rabia pero también su lado más blando. Por eso no extraña que ‘Dirty Gold’ no sea en realidad el disco hip-hop que esperábamos de la supuesta nueva promesa: colaboraciones de Sia, Wynter Gordon, Markus Drevs o Jake Gosling lo confirman más bien como un trabajo a medias entre el hip-hop del siglo XXI y el pop llenaestadios de gente como Jessie J, a quien no cuesta imaginar cantando algo como ‘Planes Fly’.

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Esa dicotomía entre la agresividad del rap y la amabilidad melódica del pop comercial llega tan pronto en el disco como en la primera pista, ‘Sing About Me’, en la que Haze reflexiona sobre su llegada a la fama, un tema que toca también en la divertida burla sobre el mundo de la moda que es ‘Echelon (It’s My Way)’ y en la que Haze aprovecha para soltar algunos versos arrogantes como “no necesito amigos, zorra / ya me las apaño a solas con mi dinero”. No es que haya que tomarla muy en serio, pues si hay un leitmotiv evidente en ‘Dirty Gold’ ese es el de la búsqueda de la identidad, la de cualquier persona a los veintipocos. La oscura ‘Black Synagogue’ nos dice que Haze se busca a sí misma a través de la fe y en ‘A Tribe Called Red’ la rapera confiesa que no le importa “una mierda” la música originaria de su etnia porque no se siente identificada con ella –precisamente, eso sí, en el único tema del disco que samplea cantos aborígenes–.

No es que Haze sea un océano de contradicciones, pero su disco sí es estilísticamente indeciso. Baladones como ‘Battle Cry’ o ‘Dirty Gold’ están bien, pero sencillos pasados nos habían convencido -y con bases abrasivas y versos sorprendentes- de que el sonido de Haze era el de ‘Echelon’, ‘A Tribe Called Red’, ‘New York’ o ‘No Bueno’: un sonido moderno. También resulta ya un poco rancio ese mensaje de autoayuda de ‘Angels & Airwaves’ (“si contemplas el suicidio, esto va por ti”, dice) o esos clamores al cielo de ‘Planes Fly’ o, de nuevo, ‘Battle Cry’, que no son ni inspirados ni mucho menos sutiles en su mensaje populista dirigido al público adolescente. ‘White Lilies / White Lies’, con su abundancia de colores y texturas, sonoridades orientales incluidas, presenta un paso hacia la madurez y es la pista más interesante de todo el conjunto, pero ‘Dirty Gold’ no es el disco con el que los oyentes de Angel Haze vayan a saber quién es, por mucho que ella sí lo sepa.

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Calificación: 6/10
Lo mejor: ‘Echelon (It’s My Way)’, ‘A Tribe Called Red’, ‘Deep Sea Diver’, ‘White Lilies / White Lies’
Te gustará si te gusta: Eminem, Missy Elliott, Jessie J
Escúchalo: ‘Echelon (It’s My Way)’ en Deezer

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