‘Line-Up’, la película dirigida por Alex Julià con guión de la agencia Snoop, es la manera que ha escogido el Primavera Sound para desvelar el cartel de su próxima edición el próximo martes 28 de enero en cines y en internet. Hablamos vía telefónica con el director para conocer los entresijos de la pieza, que como veréis es algo más que un vídeo para promocionar el cartel.
El año pasado también trabajaste con Snoop en el pequeño corto que revelaba el cartel del PS. ¿Os quedasteis con ganas de más entonces o cuándo surge la idea de hacer una película para este año?
El año pasado organizamos una gala en la que hicimos varias piezas audiovisuales, una de las cuales era de animación, donde revelábamos los grupos. Aparte, hicimos una serie de vídeos en tono de humor donde se hacía una terapia para hipsters. Este año íbamos a hacer una segunda gala, repitiendo fórmula, pero la gente del Primavera nos dijo que no quería repetirse. Querían revelar los nombres del cartel en el cine. Como realizador, el hecho de que te den la oportunidad de hacer una pieza audiovisual es algo fantástico, entonces Snoop se puso a trabajar, presentamos el guión a los del Primavera, les gustó y empezamos a producir.
¿La historia la has montado a partir del conocimiento del cartel o es independiente?
La historia no tiene nada que ver con el cartel. Propusimos el guión y a partir de que les gustara empezamos a incorporar a los grupos. La historia trata sobre un tipo que trabaja en una tienda de discos y un día le llega una sorpresa que no te puedo desvelar ahora, porque te desvelaría todo el corto. A partir de esa sorpresa le empiezan a pasar cosas increíbles. La película podríamos enmarcarla un poco dentro del cine fantástico y la historia la podríamos contar perfectamente sin la aparición de los grupos. Hay grupos que aparecen en un cartel, otros en una camiseta, en una chapa, hay algunos que solo suenan… Están dispuestos por todas las localizaciones.
¿Por qué se ha escogido Detroit como centro de la película?
Pensamos en una ciudad que tuviera un peso importante a nivel de música y decorado y había visto mucha información sobre Detroit y una parte de la ciudad que está abandonada, en plan ciudad fantasma, y decidimos incorporarlo al guión. Detroit también era una opción por el rollo musical que tiene desde siempre, desde el funk hasta el garaje pasando por la electrónica, además de que a nivel de decorado es un sitio muy especial.
Ya que la película va revelando los nombres que forman parte del cartel, ¿cómo se ha hecho para mantener absolutamente todo en secreto en la era de las redes sociales?
Lo que más hemos utilizado ha sido la amenaza de muerte (risas). Lo más difícil de este trabajo ha sido concienciar a todo el mundo que ha participado de que nadie debe desvelar ningún grupo a nadie, ni a la familia, ni a los mejores amigos. Aparte, se firman unos contratos de confidencialidad que al final no impiden nada, pero están ahí por lo que pueda pasar después. A la gente que ha participado incluso le hemos llegado a pedir que sus cuentas de Spotify estuvieran cerradas para no dar pistas a la gente.
¿Cuánto dura la película? El corto animado del año pasado duraba 3 minutos. ¿Esta vez se han dosificado las emociones o podemos esperar una intensidad de esa altura?
Estamos en unos veinte minutos. No es una pieza tan corta, estamos entre un corto y un mediometraje. El formato es distinto al del año pasado, porque el año pasado habíamos calculado que salía un grupo cada tres segundos y medio, lo que provocaba que fuera un no parar. Esta vez, al tratarse de que estás revelando nombres de grupos a la vez que estás contando una historia, los grupos hay que sacarlos en momentos que no te distraigan de la historia, tiene que haber una convivencia entre grupos e historia.
Con la de grupos que tocan en el festival cada año, ¿cómo os habéis apañado para elegir los grupos que salen en la película? Imagino que sacarlos a todos habrá sido imposible…
No había tiempo para todos los grupos, claro. Hemos destacado veinticinco grupos, son los que el Primavera quiere destacar, pero al final del corto salen por orden alfabético todos los grupos que participan.
En esta historia cumple una función esencial un vinilo, ¿tú también eres coleccionista desde antes del último revival del formato o ha sido más idea de la organización como melómana?
La organización no nos dio ninguna indicación sobre lo que tenía que aparecer en la película, tuvimos libertad total. La idea del vinilo fue cosa de Snoop, que creyeron que una buena manera de vincular la idea al festival era que todo pivotara alrededor de un vinilo, porque además conocemos bien al Primavera y lo defensores que son del vinilo a través de su sello. Es un buen guiño.
La música de Detroit es tan rica como variada, desde el soul al techno pasando por gente como White Stripes… en realidad hay tanto género que si pretende ser una pista de lo que es el cartel del Primavera Sound, no es que dé muchas…
No es una pista, aunque visto así, con la variedad de géneros te puedes encontrar de todo. Para nosotros era un buen escenario donde desarrollar la historia. Detroit es un lugar actualmente en decadencia, pero que ha tenido a nivel musical momentos súper especiales. Insisto en que no es una pista, porque cuando estábamos haciendo la historia, aún no conocíamos el cartel.
La película que dirigiste sobre Nitsa fue uno de los éxitos del festival In-Edit, teniendo que realizarse varios pases, ¿esperabas este éxito? ¿Qué reacciones has tenido por parte del público desde entonces?
El documental del Nitsa nació como un proyecto muy pequeño, lo empezamos cuatro personas con 6.000 euros de un crowdfunding. Muchas veces este tipo de proyectos se quedan en la sala de montaje, así que nuestra ilusión era poder enseñarlo, poder estrenarlo, y la gran ilusión era poder estrenarlo en el In-Edit. El hecho de que nos seleccionaran fue una súper noticia y ya que se llenaran las dos proyecciones y hubiese una tercera, además de que nos seleccionaran también para la clausura fue brutal… y ya cuando se montó una fiesta en el Nitsa con todos los DJ’s de la época fue alucinante. Que Barcelona lo acogiera con tanto cariño es algo que no me imaginaba en un principio.