La separación de The Rapture NO da igual: top 10

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La separación de The Rapture NO da igual: top 10

TheRaptureThe Rapture se han ido por la puerta de atrás. Su separación se comunicaba mediante un papelajo promocional de un evento que promocionaba a su líder como ex miembro del grupo y su sello confirmaba la noticia sin dar ningún tipo de información adicional. En este mundo loco en el que decenas de artistas actúan en el festival de moda, en algunos casos hasta a la vez, da la impresión de que una banda menos da igual, pero el legado de The Rapture no es moco de pavo. Es cierto que nunca hicieron un disco definitivo y callabocas, pero sus tres últimos largos fueron importantes para entender el pop del siglo XXI (y el primero un buen precedente de todo ello): ‘Echoes’ en 2003 era uno de los abanderados del disco-punk bajo el manto DFA, en 2006 ‘Pieces of the People We Love’ demostraba que el movimiento que evocaba a Gang of Four -que aprovechaban para volver- no era sólo una moda pasajera si acompañaban buenas canciones y finalmente ‘In The Grace of Your Love’ en 2011, resultaba en verdad su disco más completo. Aquí 10 piezas claves en su carrera, algunas con vocación de himno generacional.

10.-‘Olio’ (1999/2003): ‘Olio’ era la canción que abría ‘Echoes’, el disco con el que The Rapture se hicieron «famosos», como queriendo decir que su éxito no sería flor de un día y perduraría cuando se pasara la moda de ‘House of Jealous Lovers’. ‘Olio’ era además una canción que ya aparecía en lo que se considera el primer disco de The Rapture’, ‘Mirror’ (1999). Se trataba de un álbum corto bastante maquetero pero que dejaba ver sus ambiciones en pistas como ‘Notes’, llevada por una alarma premonitoria del sonido Klaxons. ‘Mirror’, que puede encontrarse en vinilo en Discogs fácilmente por poco más de 5 euros, avanza que la locura llegará a su discografía, a través de pistas como ‘Kid 606 In Love With The Underground’. Si la versión primigenia de ‘Olio’, simplemente una canción de amor desesperada, dejaba ver una influencia bastante clara de The Cure, la definitiva era mucho más sofisticada en su producción, combinando perfectamente su triste línea de piano con el ritmo electro, que además se acelera hacia su final, como adelantando los derroteros fiesteros que después ofrecerá el álbum.

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9.-‘I Need Your Love’ (2003): ‘Love is All’ llegó, como segundo single de ‘Echoes’, a alcanzar tímidamente el top 40 británico (puesto 38), pero en realidad era más atractiva y pegadiza esta ‘I Need Your Love’ de curiosa mención a los tabloides, saxo ahogado y gritos finales, cuya mejor baza era un más que machacón ritmo de vocación playera, algo housero pero también sabrosón y muy al gusto de lo que también tramaba un Diplo que terminaría bien embadurnado de twerking y electromerengue. Esta canción es más elegante en su cacharrería y menos kitsch en sus ambiciones ligeramente experimentales (un anticipo de Hot Chip). No en vano es una de las pocas de todo el disco acreditadas en su autoría a «The DFA», cuyos James Murphy y Tim Goldsworthy, en aquella época todavía amigos, ejercen también de co-productores junto a los propios The Rapture.

8.-‘Killing’ (2003): Una de las producciones que no se podían perder de vista de ‘Echoes’, editada en principio en un split con Juan Maclean, era ‘Killing’, otra de las pocas que tenía co-autoría del equipo DFA (la tercera era la también interesante ‘Sister Saviour’). En ella sonaban las típicas guitarras del grupo pero no dejaba de llamar la atención un «beat» que en más de un momento recordaba al Timbaland de la época y a los Neptunes (N.E.R.D. editarían la rockera ‘She Wants to Move’ poco después). De manera anecdótica, The Rapture terminarían colaborando con Timbaland en una tontería editada en 2008 llamada ‘No Sex For Ben‘, un tema para la banda sonora del videojuego ‘Grand Theft Auto IV’ en el que llegó a cantar Justin Timberlake, antes de que alguien al final retirara las voces de este. Estaba dedicado en plan sátira/homenaje al en realidad amigo de The Rapture Ben Rymer de Fat Truckers. Sería la última colaboración del bajista Matt Safer, que después abandonaría la banda.

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7.-‘Whoo! Alright – Yeah… Uh Huh’ (2006): Ya nadie se acuerda pero en el tercer disco de The Rapture, ‘Pieces of the People We Love’, Danger Mouse llegó a producir un par de temas: ‘Calling You’ y el tema titular, en el que hacía coros un Cee Lo Green al que todavía faltaban tres años para alcanzar la gloria con ‘Fuck You’. En aquel álbum, en cambio, la mayoría de las pistas y también las dos mejores las producían mano a mano Ewan Pearson (Tracey Thorn, Delphic) y un Paul Epworth que ni podía imaginar cuánto dinero haría en el futuro de mano de Adele, Florence y muchísimos otros artistas (entre ellos el mencionado Cee Lo Green), pues en aquel momento sus créditos se limitaban a bandas de rock relativamente underground como Long Blondes, Maxïmo Park, Bloc Party o Babyshambles, cuyo mayor mérito podía ser un platino en Reino Unido, pero nunca un gigante mundial de ventas multimillonarias. Una de esas dos pistas era ‘Whoo! Alright – Yeah… Uh Huh’, quizá demasiado deudora de los aciertos del álbum anterior y de los trucos percusivos y progresiones de LCD Soundsystem, pero no por ello menos irresistible. No sólo es imposible no mover los pies con ella sino que su letra (con una referencia a Morrison y otra a Patti Smith) es lo suficientemente irónica como para entonar «la gente ya no baila, simplemente se queda ahí parada, cruza los brazos, te mira, bebe y critica» antes de ofrecer una frase final carismática casi a capella: «pensaba que la vida era amarga, pero da grandes momentos».

6.-‘Come Back To Me’ (2011): Por si quedaba alguna duda sobre la pequeña influencia «exótica» en la música de The Rapture, su fantástico último disco, del que también podría incluir en este top sin pestañear ‘Sail Away’, ‘Miss You’ o la canción de autoánimo final ‘It Takes Time To Be A Man’ (un clásico entre los discos largos de DFA, con este disco volvían al sello); incluía esta pista como apertura de la cara B del vinilo (la disposición del tracklist en las plataformas digitales es completamente diferente). La composición cuenta con elementos de ‘Likambo Ya Ngana‘, un tema de los años 70 del artista africano Franco Luambo que fallecería en la década siguiente, una referencia obligada de la rumba congoleña. La banda de Luke usa estos elementos para evocar al pasado tanto como la portada del disco en blanco y negro o esa letra que repite «¿no somos todos niños?», antes de dar paso a una coda más oscura, quizá topando con la realidad: la del suicidio de su madre, que se produjo antes de este álbum.

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5.-Children (2011): A pesar de todas las veces que se repite la palabra «children» en la canción anterior, en verdad el tema llamado ‘Children’ es este otro. Lidia, de nuevo, con la muerte de la madre de Luke, como contaba él mismo en la revista Spin. «Es sobre mi madre mirándome desde donde quiera que esté. Es sobre ella estando orgullosa de mí, si es que me ve. Creo que todos los niños quieren que sus padres estén orgullosos de ellos. Mi madre no ha podido estar aquí para este disco, así que esta canción es sobre lo que me imagino que diría». Algo muy evidente en la letra, si bien lo realmente destacado, una vez más, no es el texto, sino la vocación absolutamente eufórica y extasiada de este single, por la que me imagino matar en este momento a Coldplay y sobre todo a U2.

4.-‘In The Grace of Your Love’ (2011): El tema que ha dado título a su último álbum es uno de los más pasionales de la carrera de The Rapture. Se nota desde el riff de guitarra que casi abre el tema: está pésimamente ejecutado e incluso hay un error claro en él antes de que arranque la voz, pero paradójicamente es uno de mis momentos favoritos de su discografía. Probablemente se quiso dejar así para dar más vida y crudeza a una canción que se inspiró según ellos en el góspel y en concreto en alguien próximo al timbre de Luke -e influencia en Aretha Franklin- como fue Clara Ward. Aquí no encontrarás restos claros de góspel, pero sí una estructura in crescendo que lleva el final del tema muy, muy alto. A ello contribuye el recorrido vocal de Jenner y sus autocoros y el acertado reflejo en el disco de su infancia religiosa. «Algunas de las canciones son oraciones, literalmente. El tema es más grande que yo e intenta comunicarse con ese universo o como quieras llamar a Dios. Estar en el coro de la iglesia moló. Me hizo descubrir buena música». Aunque lo que mola de verdad es lo disimulada y sutil que es esa influencia. En verdad lo que escuchamos es una producción 95% DFA que simplemente captura la pasión de un góspel.

3.-‘Get Myself Into It’ (2006): A todas luces una de las razones por las que el penúltimo disco de The Rapture vale un mínimo de 70 euros en vinilo en Discogs es este excelente sencillo que presentaba el disco y que a la postre supuso su tercer y último top 40 en Reino Unido. Si ‘House of Jealous Lovers’ llegaba al puesto 27, esta canción sería número 36. Es el mayor exponente de un par de sus logros: de cómo pueden hacer con letras blandas y repetitivas mantras que repetir exentos de caspa, y de su habilidad para introducir el saxo de Gabriel Andruzzi en sus temas sin que nadie piense en sobreproducción sino en sensualidad. Como tantos singles de su vieja casa, aunque este disco no se editara en DFA, cortísimo en sus cinco minutazos.

2.-‘House of Jealous Lovers’ (2002): Escogida por el NME como una de las mejores canciones de la década, nada menos que en sexto lugar, ‘House of Jealous Lovers’ no es sólo una de esas composiciones que un grupo novel necesita para emerger, sino prácticamente la descripción perfecta del sonido de una época. Una línea de bajo machacona, un riff contagioso, una cuenta que no va atrás sino adelante, cencerros, distorsiones, una percusión al servicio de la explosión del estribillo, que el cantante ha decidido gritar desgañitado y no repetir… En resumen, un fiestón y principal responsable de que Nueva York siguiera en el punto de mira un ratito más, y de que se inventaran múltiples etiquetas del palo de dance-punk, punk-funk y demás cuando lo que queríamos decir era «buena música».

1.-‘How Deep Is Your Love’ (2011) : Si por algo jode la separación de The Rapture es porque su último disco contenía su mejor canción, un tema que iba directo a nuestro top 10 de mejores canciones de 2011 desde el momento en que se editaba. El tema, que compartía título con el famoso hit de Bee Gees encima recuperado en los 90 por Take That, era en realidad un festín de house clásico a través de su fantástico riff de piano, y en el que brillaba un vibrante solo de saxo en unos años en que no podía estar más inesperadamente de moda. Es muy difícil que un grupo se supere cuando ya nadie daba nada por él y esta es una de las grandezas de esta carrera que esperemos que alguna vez se retome. Recordando que Luke ya llegó a abandonar la banda con anterioridad, esperanza queda…

Como propina, os dejamos un divertido vídeo de 1999 en el que The Rapture versionan a Gang of Four, mientras Luke se tira al público o intenta bailar hardcore con un compañero. El playlist de Spotify con su top 10 podéis encontrarlo aquí.

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