‘Ratonera’, el veredicto

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‘Ratonera’, el veredicto

rubalcaba«Tras el éxito de ‘Hacia lo salvaje’, un disco lleno de grandes canciones y potenciales singles, es cierto que ‘Ratonera’ no parece a la altura. Aunque el sonido es sólido y coherente con la progresión de Amaral, hay algo en la canción que deja insatisfecho. Quizá sea que ese «puedes intentar que te perdone dios, no lo haré yo» tiene toda la pinta de ser un puente hacia uno de esos brillantes estribillos tan característicos del dúo… y no, eso era el estribillo. Sin embargo, pienso que no se debe menospreciar el tema por eso, olvidándonos de su vídeo y la coyuntura sociopolítica en la que vivimos y a la que alude. Música, letra e imagen son un todo que pretende ser (que ya ha sido, a tenor de la repercusión) un puñetazo en la mesa y un dedo acusador de un grupo de éxito, que elige posicionarse y reflejar su insatisfacción y la de los que les rodean en lugar de mirar a otro lado o echarse a dormir cómodamente en su poltrona. Que jodan a aquellos que dicen que lo que necesita la gente es evadirse y olvidarse de los problemas. Necesitamos que un grupo como Amaral nos entienda, nos pase el brazo por encima del hombro y sea uno de los nuestros». Raúl Guillén.

«No, la polémica no vende. No, meterse con la clase política no ha dado muchos números 1 últimamente. Sí, David Bisbal es quien sigue en el top 1 en España. Amaral, que hace un par de años dejaron de sonar en 40 Principales, confirman su rumbo «hacia lo salvaje» con un vídeo contra la clase política, más atrevido de lo que parece (¿cuántos de sus seguidores son votantes del PSOE?), en el que empiezan nada menos que por Rubalcaba, aquel que una vez les citó con bastante gracejo en el Congreso, para su disgusto. Y no es la peor maldad que cabe en este vídeo por el que pasan Merkel, Zapatero, Rajoy o Gallardón, con algún chascarrillo algo manido, sí, pero también con algún que otro acertado atrevimiento. Me resulta llamativo, en cualquier caso, que la gente prefiera detenerse en cuánto venderán Amaral con esto (¿a alguien le importa, tras el millón de visitas en Youtube, que esto sea un «buzz single»?) o en cuán profunda es la letra reivindicativa -personalmente sí encuentro satisfactorio su estribillo- de esta canción, de las últimas de Vetusta o de Nacho Vegas y no en lo que está sucediendo: estos últimos años de desencanto han inundado también las composiciones de algunos de los artistas más populares del país y ahora están viendo la luz, dejando un buen resumen, desde la música pop, de lo triste que está resultando esta década en cuanto a políticas sociales». Sebas.

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«Desde que Amaral presentaron al mundo ‘Ratonera’, no he parado de leer estupideces del nivel de llamar al dúo oportunista por pasarse ahora a la «canción protesta». La ignorancia es, cuanto menos, atrevida, teniendo en cuenta que llevan arengando a las masas desde antes de que el 15M viese siquiera la luz. Personalmente, me faltan en ‘Ratonera’ las cosas que ‘Revolución’ emana por los cuatro costados: fuerza, una letra pegajosa y una melodía hipnótica. Y es que, pese a lo prometedor del inicio y de las estrofas, al final el estribillo queda mal resuelto, como en busca de un punto álgido que no llega, dejando (desafortunadamente) a la canción totalmente coja». Lolo Rodríguez.

«El mismo día que Amaral estrenaban ‘Ratonera’ pillé un debate al respecto en la tele (para ser más exactos, en ‘Más vale tarde’ de LaSexta). La opinión de los invitados tanto de la canción como del vídeo era desfavorable en general, pero lo que está claro es que el grupo consiguió lo que quería: generar debate con su nuevo single. Con ese vídeo animado en ataque a nuestros políticos actuales y teniendo en cuenta que Amaral no es precisamente cualquier grupo emergente, lo raro hubiera sido que la gente pasara del tema, pero ocurra lo que ocurra finalmente con él lo cierto es que estamos ante una canción memorable, quizás lejos del himno generacional que probablemente buscaban, pero lo suficientemente directa y emocionante para atraer básicamente a todo el mundo. Lo que importa de verdad, claro, es el mensaje: «puedes intentar que te perdone Dios / no lo haré yo». Por supuesto habrá quien no se identifique con la letra o quien no encuentre en la queja vehemente y populista de alguna de sus frases una forma válida de crítica social, pero me temo que serán minoría». JB.

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