Slow Club, el dúo formado por Rebecca Taylor y Charles Watson, podría haberse esfumado rápidamente tras la efervescencia del folk-pop atractivo y de maneras poco refinadas de su gran debut, ‘Yeah So‘. ‘Paradise‘ ya fue un inteligente paso adelante, un disco menos inmediato que su debut pero que abría nuevos caminos, con arreglos más trabajados que daban otra dimensión al grupo. Y ‘Complete Surrender’, como venían anunciando los diferentes adelantos que lo presentaban, es la culminación de su transformación hacia algo mucho más pulido y elegante. En tres discos, han cambiado la camisa de leñador por un vestido de noche.
Pero, en esencia, los de Sheffield no han cambiado tanto. Su música sigue inspirándose en el soul y el rhythm & blues clásicos, y su querencia por las baladas sigue superando a los cortes más uptempo aunque, como decíamos, ahora sus formas son otras. Ante lo limitado del formato dúo, Taylor y Watson han optado por formar una banda rock tradicional (Avvon Chambers les acompaña a la batería y Rob Jones -The Voluntary Butler Scheme- al bajo), desechando ya el amateurismo, alejados de ese folk coreable y gritón tan atractivo para convertirse en algo más sofisticado y convencional. La producción de Colin Elliot, cómplice habitual en las grabaciones de Richard Hawley, opta por exaltar su faceta más soul, con sensuales arreglos que remiten a Sam Cooke u Otis Redding en temas como ‘Tears Of Joy‘ o los grandiosos singles ‘Suffering You, Suffering Me‘ y ‘Complete Surrender‘ (uno de los temas del año para el que suscribe). Su color de piel y de voz, sin embargo, llevan a pensar en ellos (con permiso de Music Go Music) como herederos de ABBA, otros sabios lectores del clasicismo pop.
Obviamente, con ello pierden parte de su encanto pero, a la vez, sacan un mejor partido de sus aptitudes como compositores e intérpretes, especialmente una Rebecca que se confirma como una vocalista excepcional, digna de mencionar referentes como Linda Ronstadt o Dolly Parton. Si su papel en los ya mencionados singles no fuera suficiente para convencer de su grandeza, es capaz de derretir al más sieso con dos tremendos baladones como ‘The Queen’s Nose’ y ‘Not Mine To Love’, que no palidecerían entre composiciones de Burt Bacharach. Aunque Charles también sabe cautivar con la ternura desplegada en ‘Paraguay and Panama’ y ‘Number One’, no cabe duda de que la gran revelación de ‘Complete Surrender’ es Taylor.
Con ese tremendo arma en su poder, Slow Club son mejores cuanto más clásicos suenan (otra muestra es la comedida, preciosa ‘Dependable People and Things That I’m Sure Of’) y, por contra, resultan más futiles cuando intentan darse un baño de sofisticación, como en unas discretas ‘The Pieces’ o ‘Wanderer Wandering’ que solo sirven para alinearles con Summer Camp. Y aunque se eche de menos cierto equilibrio entre el fulgor de sus dos singles y la profusión de tiempos lentos ‘Complete Surrender’ es, en cualquier caso, un gran avance para una banda que impone su valor, aferrándose a los clásicos con mucha clase, sin nostalgia impostada.
Clasificación: 7,5/10
Lo mejor: ‘Complete Surrender’, ‘Suffering You, Suffering Me’, ‘The Queen’s Nose’, ‘Not Mine To Love’
Te gustará si te gustan: Tennis, ABBA, la Motown
Escúchalo: en The Guardian