Lo peor que le puede pasar a un thriller es que sea previsible y rutinario. Y gran parte de ‘El niño’ lo es. La nueva de película de Daniel Monzón (‘Celda 211‘, ‘La caja Kovak’) empieza como una lancha a 100 kilómetros por hora -como una afortunada mezcla entre ‘The Wire’ y ‘Corrupción en Miami’- y acaba como un «gomero» al que se le ha acabado el combustible: remando penosamente por el Estrecho de Gibraltar.
La sensación que deja ‘El niño’ es de oportunidad perdida. O, mejor, desaprovechada. El casting es solvente: Eduard Fernández, Sergi López, el simpático Jesús Carroza, el siempre carismático Luis Tosar y la presentación del limitado pero atractivo Jesús Castro. La producción, impecable, con unas escenas de acción muy bien resueltas. Y el contexto geopolítico donde se enmarca la historia, muy sugerente (y lo mejor de la película): la «puerta de Europa», las luchas fronterizas del Estrecho donde confluyen los intereses políticos y comerciales de tres naciones: España (con el puerto de Algeciras como punto caliente), Gran Bretaña (el peñón de Gibraltar) y Marruecos (la frontera ceutí, las plantaciones de Cannabis de Ketama).
¿Por qué, entonces, no funciona como debería? Por tres razones principales. 1) Las dos tramas paralelas no están muy bien engarzadas, y su interés, sobre todo la protagonizada por «el niño», es decreciente, cabe en un bostezo del somnoliento Luis Tosar. 2) La historia de amor entre «el niño» y chica marroquí, no solo es un pegote dramático para justificar un comportamiento posterior, sino que está tan mal rodada que a su lado ‘Barridos por la marea’ es una obra maestra del melodrama. Y 3) lo decíamos al principio: cualquiera que haya visto más de dos películas en su vida sabe por dónde van los tiros en ésta, cómo acaba «el niño» y quién es «el topo».
Si ‘El niño’ viniera de Hollywood diríamos que es un thriller del montón. Apañado, con alguna que otra escena lograda, rodada en escenarios vistosos, estimulantes y muy poco vistos en el cine. Pero del montón. Sin embargo, al ser española, hay una cierta tendencia a la complacencia crítica, a la indulgencia patriótica. ¿Hasta cuándo hay que seguir oyendo (y leyendo) eso de «no tiene nada que envidiar a cualquier producto hollywoodiense»?
Después de ver el trailer de ‘La isla mínima’, creo que ya tenemos “thriller español del año”. Y no es éste. 6.