¿Alguna vez has soñado con que tu ídolo ofreciera una actuación solo para ti? Pues ha pasado en Filadelfia: el periodista sueco Fredrik Wikingsson ha sido el afortunado de disfrutar de un concierto de Bob Dylan sin público más que él con el objetivo de averiguar, para un documental, el efecto que los grandes eventos pueden causar en las personas solitarias.
Wikingsson ha asegurado a una revista sueca que es muy fan de Dylan y que no podía dejar de sonreír durante el concierto, que no fue típico, pues Dylan interpretó versiones de Buddy Holly o Fat Domino. «Estaba en éxtasis», ha declarado. «Mi mandíbula me dolió durante horas porque no pude dejar de sonreír». El resultado del documental, que durará 15 minutos, podrá verse el año que viene en YouTube.
La idea del reportaje es descubrir si, tras la experiencia, la persona solitaria se sentiría eufórica o, al contrario, vacía por no poder compartirla con el mundo. La respuesta, sin embargo, no es difícil de extraer: Dylan ofrecía un concierto normal más tarde pero Wikingsson optó por un karaoke, donde cantó hits de Dylan junto a más personas. Está claro, ¿no?
Dylan publicaba recientemente la enorme recopilación de rarezas ‘The Basement Tapes‘.