Cinco años, que se dice pronto, es lo que hemos tenido que esperar para escuchar la segunda entrega de Fryars desde que en 2009 lanzara aquel ‘Dark Young Hearts‘ que tan injustamente desapercibido pasó por muchas vidas. La demora, obviamente, se ha debido a los problemas que el músico ha tenido durante los últimos años con el sello 679 Artists, que al final le llevaron a los brazos de Fiction Records. Y puestos a lanzar hipótesis al aire, muy probablemente parte de las discrepancias que tuvo con su antigua discográfica se debieron a este ‘Power’, tan heterogéneo y ambicioso que dista bastante de lo que en un principio nos mostró este ex devoto de MySpace años ha.
La única perla puramente bailable, la ya antigua ‘Cool Like Me’, se encuentra muy acertadamente al final del álbum porque ni con calzador podría encajar en otro lugar del tracklist. Sí, el pop lo domina todo, pero en esta ocasión Benjamin Garrett (el verdadero nombre de nuestro protagonista) nos trae un largo de aires cinéticos, un tour de force creativo de lo más épico donde tanto se deja querer por el espíritu melódico de The Beach Boys (ahí está ‘Don’t Make It Hard On Yourself’ con sus impecables arreglos de cuerda), la indietrónica hipersensible (‘Love So Cold’ con ese regusto tan SOHN que se gasta) o hasta el R&B recauchutado de autotune (‘Prettiest Ones Fly Highest’).
Milagrosamente, las piezas del puzzle acaban encajando a medida que pasan los minutos gracias a la buena labor de los productores Luke Smith y Rodaidh McDonald. Y temas como ‘China Voyage’ (con sus aderezos orientales y esa pose vocal que tanto le debe a Scott Walker) o la preciosa ‘Can’t Stop Loving You’ (probablemente la balada más bella que ha firmado hasta la fecha) van sucediéndose sorpresivamente afianzando la personalidad poliédrica de un músico de lo más inquieto que ha abandonado a propósito su yo más uptempo.
Sólo hay una gran pega: los interludios rompen la tensión de la escucha y en dos momentos, los correspondientes al ‘Dialogue 1’ y el ‘Dialogue 2’, una voz en off nos cuenta sin explicitar la misteriosa historia de un tal Willow que ha cometido alguna que otra fechoría. No se termina de profundizar en el asunto de ese ingeniero llamado Willow Grady que trata de buscarse a sí mismo según indica la nota de prensa y todo queda como una mera anécdota pasajera, por lo que el joven ha perdido una ocasión perfecta para aportar cierta conceptualidad lírica a un trabajo que aún podría ser más compacto de lo que ya es de por sí.
Calificación: 7,3/10
Lo mejor: ‘Love So Cold’, ‘Can’t Stop Loving You’, ‘Cool Like Me’
Te gustará si te gusta: La vertiente más intimista del Fryars de hace unos años, The Beach Boys y el Perfume Genius abrazado a su piano.
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