El último día de la nueva edición del festival Mulafest comenzó con un duro competidor sobre su cabeza, él mismo. Si bien el primer día del festival pesos pesados como John Talabot y Jon Hopkins copaban las redes sociales y el cartel parecía más bien una especie de clon reducido del Primavera Sound, ya que estos dos Jones estuvieron en la última edición, el sábado noche parecía más bien un Sónar idem ya que artistas como PXXR GNVG, Evian Christ, SOPHIE o Hudson Mohawke también estuvieron en la última edición del festival de música avanzada.
La tarde comenzó con los díscolos (t)raperos (de trap) PXXR GVNG, que lejos de ser una moda pasajera, han venido para quedarse. Si en el Sónar su actuación pasó desapercibida por coincidir con los titánicos Chemical Brothers, aquí fueron el centro de atención de un público bastante entregado. Quizá sean ellos mismos los artífices de toda su cosmogonía cani cool 3.0, pero algo es seguro, la mente creativa que está detrás de sus visuales y su estética es todo un genio del márketing. Con consignas como Fuck Sony, la discográfica que actualmente les lleva, o los tweets de los haters que les ponen a parir, además de su discurso en el que ellos mismos reconocen que no saben qué hacen encima de un escenario porque lo suyo no es la música, se ganaron hasta al público más escéptico. Con canciones como la nueva ‘Tu coño es mi droga‘ y la conocida ‘Como el Agua’ la gente estaba más o menos atenta, pero no fue hasta que volvieron a sus raíces reggaetoneras con ‘La Mafia del Amor’, que el público se entregó de verdad.
SOPHIE, el siguiente productor que actuó en el escenario Desperados, también estuvo en la última edición del Sónar Noche. La ambigüedad de su leyenda se terminaba y descubrimos que SOPHIE es un hombre bastante andrógino. Su directo fue espectacular debido, sobre todo, a sus visuales minimalistas abstractos, que contrastaban con canciones y hits como ‘Lemonade’ y ‘Hard’, actuales exponentes y claros ejemplos de PC Music.
La siguiente actuación fue la de los londinenses Is Tropical, que ofrecieron un directo bastante correcto. El sonido de los instrumentos era muy bueno, sin embargo, las voces casi no se escuchaban. Así, el antes conocido como trío, ahora oficialmente cuarteto con la incorporación de la cantante Kirstie Fleck, tocó en directo canciones de su último disco, ‘Black Anything’, que ha sido grabado en ciudades de los cinco continentes. Con míticos hits como ‘Dancing Anymore’, ‘The Greeks’ o ‘Lies’, su esperado paso por el Mulafest pasó el aprobado.
Si toda la tarde/noche había sido cosa de directos, llegaba el primer dj set de la mano de Dom Maker, la mitad de Mount Kimbie. Si bien es cierto que para un dj set no hace falta el grupo completo, se echó en falta a Kai Campos, la otra mitad de los Kimbie. Así, el conocido grupo de electrónica londonita ofreció, en su primera parte, un dj set bastante monótono. Sin embargo, la segunda mitad fue bastante exótica, donde tintes arabescos, de repente un poco de rap por aquí y por allá, salvaron la noche y su sesión.
Llegaba el directo más esperado, el de Ross Birchard. También conocido artísticamente como Hudson Mohawke, con dieciséis canciones ofreció el mejor directo de la noche. Este jovencísimo productor de Glasgow, que ya ha trabajado con gente como Kanye West (de hecho forma parte de su sello GOOD Beats), Drake, Azealia Banks o John Legend, encandiló a todos. Sobre el escenario se podían ver tres podios en los que intuías que había alguien tocando gracias al juego de luces de colores y sombras. En mitad del escenario Hudson Mohawke y a los lados un batería y un teclista tocaron canciones como ‘Chimes’, ‘Thunder Bay’, ‘Higher Ground’ y ‘Brand New World’, además de otras como ‘Gooo’, ‘Ryderz’ o ‘System’.
Hay que reconocer que esta edición del Mulafest ha arriesgado y ha acertado, porque podría haber escogido el camino fácil y traer grupos y cabezas de cartel que únicamente sirven para vender entradas y, sin embargo, ha apostado por la calidad más que por la cantidad. Esperamos que en Madrid siga habiendo festivales que se arriesguen y que no tengan nada que envidiar a los de la Ciudad Condal.