‘No’ de Meghan Trainor: ¿vuelve el «guilty pleasure»?

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‘No’ de Meghan Trainor: ¿vuelve el «guilty pleasure»?

meghan-trainor-no-cover-413x413Antes de escribir para JENESAISPOP un diario de gira desde el SXSW de Texas, Javier Molina de Juventud Juché pasó por nuestra sección «Tipo Test». Cuando llegaba la pregunta sobre si existe tal cosa como el «guilty pleasure» su respuesta era clara: «No entiendo eso del «guilty-pleasure», no me da vergüenza que me gusten cosas». Si lo decía el líder de una de las bandas underground más importantes del momento estaba claro: el «guilty pleasure» había muerto, si es que alguna vez había existido. Qué bien, por fin podíamos disfrutar del pop a gusto.

Pero el surgimiento de ‘No’ de Meghan Trainor reaviva el debate solo un año después. La canción no puede sonar más prefabricada, más diferente a lo que nos había vendido esta cantante hasta ahora inspirada en los años 50. Además, la producción de Ricky Reed no podía sonar más enlatada. Por primera vez en mucho tiempo -y no me gusta reconocerlo- no me gusta que me guste algo. Y ese algo es ese pepino que la amiga se ha sacado de la manga.

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La inspiración de Meghan Trainor en los años oscuros del pop, aquellos en que Britney Spears y Backstreet Boys vendían millones de discos sin el mayor interés por lo que se hacía en el underground, puede ser la causa de todo esto. Pero como ya analizamos cuando reseñábamos la canción, quizá sea el momento de reivindicar ciertas cosas. O igual es más fácil que todo esto: da igual cuál sea la producción cuando la canción es tan potente.

Tan potente que ni su costroso vídeo -a la altura de la producción- podrá derribarla. ‘No’ es todo un festival de trucos preparados para captar al oyente, desde la intro a capella, el arranque con el mismísimo estribillo, sendas estrofas que también introducen el nombre de la canción «no, no, no», un pre-estribillo que no puede terminar más arriba y finalmente un puente magistral (el de «untouchable»), en el que encima se introducen unos sensuales coros masculinos cuando la canción habla de feminismo.

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El tema, que habla de un plasta al que se rechaza por sus tristes formas para ligar («me dices «guapa», qué original, diciéndome que no soy como las otras chicas»), está medido al detalle y fue compuesto junto a Eric Frederic y Jacob Kasher, después de que Meghan presentara la primera versión de su disco ‘Thank You’ a su discográfica. L.A. Reid le dijo que le faltaba un single y a Trainor le dio tanta rabia que le salió esto. «Le dije que no iba a hacer ‘All About That Bass 2.0.’ y me respondió que no quería eso, sino que sabía que como autora podía hacerlo mejor si me daban un empujón». Así llegó esta canción que además ella misma reconoce como «un himno feminista».

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Trainor ha concedido una interesante entrevista a Time desvelando pormenores sobre la composición de ‘No’, confirmando su inspiración en los sonidos de finales de los años 90, entre otras cosas. «La intro doo-woop la metimos cuando la canción estaba casi terminada. Cuando oyes la canción sin la intro piensas: «¿quién es? ¿quién es esta nueva artista?». Así que pensé en darles un poco de lo que ya conocían de mí y después darles una bofetada. En el mejor sentido posible, en el dulce. Una bofetada educada».

Lo que sí ha sido un jarro de agua fría ha sido su vídeo. Meghan Trainor va en serio con lo de los sonidos urban y de hecho dice que esta vez las canciones clásicas las ha dejado para la edición deluxe. E incluso anunciaba el vídeo como «muy cool», la versión «oscura y opuesta de ‘All About That Bass'». Le ha salido regular y se la ve más disfrazada que suelta. Es cuando la vemos de esta guisa cuando nos damos cuenta de que es autora antes que cantante.

No obstante, no le está yendo nada mal. El regreso de ‘No’ de Meghan Trainor ha servido también para medir cuán fiel es la base de fans de la cantante a ambos lados del Atlántico. Y es considerable en Estados Unidos, donde el single debutaba en torno al top 10 del Billboard Hot 100 gracias solo al nombre de Trainor; pero mucho más débil en Reino Unido, donde a la canción le ha costado arrancar. Eso sí, ya va por el puesto 23 en las islas (seguro que su acelerado paso por The Voice ayuda), tras 5 semanas de ascenso; y además es número 3 en Estados Unidos, donde aún no ha tocado techo en las emisoras de radio. ¿Logrará llegar al 1?

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