“No hay necesidad de transformarte”, repite insistentemente Kristin Control en ‘Show Me’, la canción que abre su álbum de debut bajo ese nombre. No deja de ser paradójico, cuando lo que suena es el primer disco de la que fuera líder de la banda Dum Dum Girls, cuando se hacía llamar Dee Dee, con un sonido diametralmente distinto al de aquellas canciones. Pero, si atendemos a sus explicaciones sobre este cambio de rumbo, esas palabras no resultan tan incoherentes como parecen. Kristin Welchez, que es su nombre real, quería aproximarse a la música con la que empezó a conectar: por un lado, los clásicos del R&B de los 80 y 90, Janet y Madonna; por otro, a grandes voces femeninas del rock, como Patti Smith, Joan Jett o Chrissie Hynde. Sin embargo, sentía que el público de su banda no entendía que abandonaran su primer sonido, de melodías vocales 50s y guitarras ruidosas. Así que, pese a los riesgos, decidió cortar por lo sano y comenzar de nuevo con algo en lo que de verdad se sintiera representada y libre. Así nació Kristin Kontrol, que se pone de largo en este álbum de debut muy apropiadamente titulado ‘X-Communicate’, “excomulgar”.
Excomulgada por voluntad propia del papel de fuzz-rockera en el que se encasillaba, Kristin se presenta como una ecléctica artista de pop. Tiene trazos de rock (como en una ‘White Street’ que recuerda a Transvision Vamp o a los Pretenders más sofisticados, también referenciados en ‘(Don’t) Wannabe)’, reggae (‘Going Though the Motions’) y nueva ola (‘Show Me’). Pero, sobre todo, suena a pop de base electrónica y aspiración bailable, como demuestra en el gran single que da título al álbum, o ‘Skin Shed’, dos canciones que no desentonarían lo más mínimo en el repertorio de unos Saint Etienne o una Little Boots. La pátina de producción nostálgica, a cargo de Kristin junto a Kurt Feldman (ex-TPOBPAH, ahora conocido como Ice Choir) y Andrew Miller (que fue guitarrista de sus Dum Dum Girls), ejerce de hilo conductor del álbum y triunfa en el propósito de Kristin: sonar «como Kate Bush haciendo versiones de Mariah (Carey)». Ese halo de nostalgia por el R&B y otras producciones de los últimos 80 y primeros 90 (al que aludíamos en una playlist reciente en la que incluíamos a KK) funciona estupendamente, pero necesita que haya buenas canciones detrás. Todas las anteriormente citadas lo son y con ellas ‘X-Communicate’ funciona, pero se resiente cuando se trata de temas menos sólidos, como las menos inspiradas ‘Drive The Night’, ‘Smoke Rings’ o la power-ballad ‘What Is Love’, que fracasa en su estribillo, al carecer de un gancho realmente potente. Con todo, el de Kristin Kontrol es un debut con puntos álgidos y, sobre todo, un acto de valentía poco común en el pop de hoy que cabe reconocer.
Nota: 6,9/10
Lo mejor: ‘X-Communicate’, ‘Skin Shed’, ‘White Street’, ‘Going Though the Motions’
Te gustará si te gusta: The 1975, Saint Etienne, Transvision Vamp.
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