Dice la crítica de ‘Los Niños Sin Miedo’ de The Guardian, uno de los periódicos más prestigiosos del mundo, que mientras «ellos» están pendiente de lo nuevo de Frank Ocean, «el dial en España ha girado hacia el garage rock». No sé exactamente qué radio se imaginan, pero lo cierto es que es esa parte del mundo musical español una de las que más está dando que hablar últimamente fuera de nuestras fronteras. No, todavía no nos hemos acostumbrado a ver discos españoles valorados con un 75/100 en Metacritic. ¿Pero por qué The Parrots o Hinds no despiertan tanto entusiasmo entre crítica y público en nuestro país como fuera de nuestras fronteras? ¿Nos conformamos con un «nadie es profeta en su tierra»? Es posible que tenga algo que ver, pero también cabe cierta reflexión sobre lo poco garagero que ha sido nuestro indie, nuestro indie-mainstream y nuestro pop en general en contraste con lo que ha sucedido en otros países. ¿Cuánta gente en España ha comprado un álbum de Black Lips? Y en cuanto a crítica, digamos que The Parrots son claramente más NME que Rockdelux.
El caso es que ‘Los Niños sin Miedo’ ha llegado esta semana al mercado divirtiendo y con razón a aquellos que tienen en un pedestal el recopilatorio de psicodelia garagera editado a mediados de los 60 ‘Nuggets‘, que incluía a gente como The Seeds, The 13th Floor Elevators o The Electric Prunes. The Parrots reconocen en una entrevista que publicaremos próximamente no conocer a todos los artistas de ese disco con los que suelen compararlos, pero igual por eso tiene más mérito que el álbum contenga ese desparpajo y todas esas ganas de pasarlo bien de manera natural.
La canción inicial habla de eso, pasárselo bien sobre todas las cosas («Wanna kill, wanna die / but at least wanna have so much fun»), ‘Let’s Do It Again‘ de un fiestón con bien de bebida y drogas («If you beat down someone for no reason at all / if you drink too much and I have to carry you home / when we took the strongest acid that a human can stand / As long as it is with you I say: let’s do it again!»), y la siguiente ‘No me gustas, te quiero’ lo hace de la resaca («I don’t remember too much / if I did something / and you didn’t like it / sorry darling, sorry darling»).
El gran inconveniente tiene que ser que tal suma de clichés puede aburrir a las vacas a estas alturas de la película, pero hay un poco más de lo que parece en el debut de The Parrots: la combinación de inglés y castellano en ‘No me gustas, te quiero’ no puede hacer más exótica la canción, del mismo modo que tiene bastante guasa que el título del disco venga del disco de PXXR GVNG porque un amigo del trío es fan del trap. Aunque la década sobre la que se miran esté clara, hay un afán por evolucionar, especialmente registrado en la oscurísima ‘Jame Gumb‘, que además muestra la variedad de sus ambiciones líricas. Si esta canción retrata al pérfido personaje de ‘El silencio de los corderos’ (su letra va claramente sobre un «stalker»), ‘Windows 98’ iba a llamarse ‘Mirror’ como metáfora de la irrealidad reflejada en los nuevos ídolos de las redes sociales.
‘The Road That Brings You Home’ también suena diferente entre un día de Lou Reed y un cabreo de Iggy Pop -la voz perjudicada de Diego, ojo, productor de Hinds, es de lo mejor del disco-, dejando un mensaje optimista a pesar del dolor («Don’t live your life in vain, you’re the one that matters in the end / but don’t forget the road that brings you home / Now you’re just a memory, but i still kind of love you / don’t forget the road that brings you home»). Al final, entre buenos estribillos, atractivos punteos y voces canallas, no extraña tanto que siempre haya público para esto sea dentro o fuera de nuestras fronteras.
Calificación: 7/10
Lo mejor: ‘No me gustas, te quiero’, ‘Let’s Do It Again’, ‘Jame Gumb’, ‘The Road That Brings You Home’
Te gustará si te gusta: el garage rock de toda la vida.
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