Los rusos Oligarkh han sido uno de los grandes descubrimientos presentados en Monkey Week. Las pocas crónicas encontradas sobre ellos en la red son positivas, lo que ellos mismos han subido a Instagram tiene buena pinta y, en cualquier caso, el disco de estudio que han autoeditado y colgado en las plataformas de streaming debe ser escuchado por todos los seguidores de Die Antwoord y The Prodigy.
El grupo formado en San Petersburgo por Victor Volcovich (sintes, percusión), Evgenii Bugaev (batería), Anton Chizhenok (VJ que alterna imágenes de films históricos con documentales y clips televisivos) y Prohor Ivanov como ingeniero de sonido debutaba en 2013 con un disco llamado ‘Zemlya i Volya’ («Tierra y libertad») en el que conjugaban el folclore con las últimas tendencias de la electrónica internacional. Se describía su sonido como «un viaje a través de la conciencia colectiva rusa, desde las grandes catedrales hasta las tierras más remotas, desde los guettos suburbanos hasta los enclaves de los ricos. La música de Oligarkh borra las fronteras entre la alta y la baja cultura, entre lo anciano y lo moderno». También se decía que mezclaban «oraciones ortodoxas, letras tradicionales rusas y música electrónica moderna».
Si en aquel primer álbum, con una portada que es para verla, canciones como ‘Hey_woohnem’, de base trap, no se deshacían de un fuerte componente extraño sin más, esta vez ‘Анатолий’ (‘Anatoliy’) sí ofrece una buena colección de canciones con más empaque. La principal es el single ‘Rechka’, con la orientalidad de M.I.A., unos sintetizadores que podrían haber sido aportados por Daft Punk, las ganas de perreo de Major Lazer y sobre todo una tríada de ganchos instrumentales que se instalan en tu cerebro desde la escucha número 1.
Mientras inmediatamente antes la primera pista del álbum, ‘Alliluya,’ nos remite a Enigma, el grueso del álbum alterna las voces agudas femeninas operísticas y los instrumentos tradicionales con los sonidos del jangle, el breakbeat, el trance y la rave. Las pistas más urban (‘Vse Vmeste’, la 3) y las más grandilocuentes y épicas (‘Igor’, la 4; ‘Na Gore’, la 7) se van sucediendo, pero lo que Oligarkh muestran sobre todo en ‘Анатолий’ es su gran capacidad para por un lado entretener al público festivalero un par de horas después de la medianoche y por otro para componer bandas sonoras de películas de acción: ‘Devochki’ es casi jamesbondiana en su «estribillo» y la final ‘Greshniy’, con un pequeño punto más Fuck Buttons y ‘Twin Peaks’, están entre los puntos altos de este álbum.
Calificación: 7,5/10
Lo mejor: ‘Rechka’, ‘Greshniy’, ‘Devochki’, ‘Ne Dlya Menya’ (la 2, la 9, la 5, la 6)
Te gustará si te gustan: Die Antwoord, The Prodigy, Major Lazer
Escúchalo: Spotify