La semana pasada, Rusia escogió a Yulia Samoilova para representar al país en Eurovisión, que se celebra el 13 de mayo en la capital ucraniana de Kiev. La decisión era polémica: los medios ucranianos recordaban poco después que Samoilova actuó en Crimea en 2015, un año después de que Rusia anexionara la península.
Para Samoilova, que sufre atrofia muscular espinal y está en silla de ruedas, actuar en Eurovisión era un sueño, pero este ya no va a poder hacerse realidad. Ucrania ha prohibido la entrada a Ucrania a Samoilova durante los próximos por tres años a causa de su actuación de 2015, aduciendo que la cantante entró en en el país ilegalmente. Aunque Crimea es oficialmente territorio federal ruso desde 2014, internacionalmente se reconoce como territorio ucraniano.
El viceministro ruso de Asuntos Exteriores, Grigori Karasin, ha condenado la decisión de Ucrania, describiéndola como el «enésimo acto indignante, cínico e inhumano de las autoridades ucranianas». La Cámara Pública de Rusia ha lamentado que «las autoridades de Ucrania rechazan cualquier tipo de diálogo constructivo y violan todas las leyes internacionales».
Por su parte, Eurovisión ha emitido un comunicado lamentando la decisión: «tenemos que respetar las leyes del país anfitrión, pero en cualquier caso estamos profundamente decepcionados por esta decisión y nos parece que está en contra del espíritu del concurso y de la noción de inclusividad en la que radican sus valores». El concurso seguirá dialogando con las autoridades ucranianas para garantizar que Samoilova pueda actuar en Kiev.
De oficializarse el veto, Rusia ha decidido que Samoilova será su representante de Eurovisión en 2018, informa Eurovisión Spain.