No lo he hecho a propósito, pero no me negaréis que recomendar en Sant Jordi una novela con flores en la portada tiene su gracia. Y menuda novela. La debutante Merritt Tierce es algo así como la hija deprimida, promiscua y malhablada de Lucia Berlin, una madre soltera adolescente que dejó sus estudios tras terminar el instituto y se pasó una década sirviendo mesas en Texas. Tras cursar un taller de escritura, Tierce dejó caer la bandeja llena de cafés aguados y se sentó a escribir. El resultado es ‘Que me quieras’ (Blackie Books), una novela triste, sórdida y con mucha carga autobiográfica que, a diferencia del éxito póstumo de la autora de ‘Manual para mujeres de la limpieza’, ha sido saludada rápidamente como uno de los grandes debuts de los últimos años.
¿Otro libro más de autoficción? No exactamente. Aunque esté narrado en primera persona y la protagonista -una camarera tejana que dejó los estudios a los dieciséis años tras quedarse embarazada y ha perdido la custodia de su hija- sea claramente un álter ego de la autora, ‘Que me quieras’ no cae nunca en esa monserga autocomplaciente en la que se revuelcan algunos practicantes de la literatura del yo. Tierce no es una plasta que te cuenta lo mal que se siente como si fuera el diario de una adolescente enfurruñada. No. Tierce narra principalmente lo que su protagonista hace: servir mesas en turnos interminables y agotadores, practicar sexo como si mañana la fueran a encerrar en un convento, consumir drogas para evadirse de la realidad y autolesionarse para castigarse por evadirse de la realidad. Lo que siente… es fácil de imaginar.
La autora juega muy hábilmente con los silencios de su protagonista, con el dolor que esconde y la martiriza. Por eso, cuando ese silencio se llena, cuando de forma inesperada, tras un simple punto y coma, dice lo que piensa o se dirige directamente a su hija, la novela explota en la cara del lector como una lata de cerveza demasiado agitada. Ese es el gran atractivo de ‘Que me quieras’, lo que la distingue de otras crónicas sobre “descensos a los infiernos”: la irrupción de una evocación, de un pensamiento lleno de ternura (qué pijama llevará su hija esa noche) en medio de un suceso terriblemente sórdido.
Además, la novela admite otra lectura. Tierce es una activista pro aborto que fue directora de una fundación en la conservadora Texas, uno de los estados con las leyes sobre la interrupción del embarazo más restrictivas de todo el país. ‘Que me quieras’, al igual que su obra de teatro ‘One in 3’, se puede leer también como una denuncia sobre la estigmatización de las mujeres que deciden abortar, una contundente proclama con voluntad de abrir debates sobre un derecho fundamental femenino amenazado desde la llegada al poder de Trump. 8.