Como se está anunciando en diferentes avances del programa ‘Mi casa es la tuya’ de esta semana, Rosa López será la invitada a la cocina de Bertín Osborne, donde el dandy jerezano entrevistará a la ganadora de la mítica primera edición de Operación Triunfo, que la llevó a representar a España en Eurovisión 2002.
En el anuncio del programa, podemos ver (o intuir) que el presentador y cantante pregunta a la granadina sobre su paso por el talent-show, asegurando que no puede hoy ver esos vídeos porque no le gusta cómo era entonces (“he ido a mucho logopeda, psicólogo… coaching”) y no se reconoce. También podemos verla dejar boquiabierto a Bertín al revelar que lleva dos años sin conocer varón, recordar emocionada a su padre y cantar a su madre, que la acompaña. Lo más inquietante llega cuando le dice, entre lágrimas, que lo que le está contando es algo que no ha contado en su vida a nadie y mañana lo hará ante España entera. ¿Será, como se insinúa, algún episodio turbio de la fama que no pudo abarcar tras su paso por el concurso de televisión?
Rosa López visita el programa de Telecinco en plena promoción de su próximo disco, el octavo de su carrera, que se publica el 30 de junio. Será precedido por el single ‘Al fin pienso en mí’, que se estrenará el 22 de mayo en el programa ‘First Dates’, días antes de su lanzamiento oficial. Además, Rosa era noticia recientemente porque también será protagonista de un reality-show que recogerá su día a día, en el canal Ten.
Actualización (18/5/2017): el programa emitido anoche reveló qué era lo que hacía a Rosa romper a llorar ante Bertín y su audiencia. Lo cierto es que, aunque la triunfita parecía estar muy sensible en muchos momentos, lo que contó no fue ninguna bobada. Rosa narró cómo, tras ganar OT1 y participar en Eurovisión 2002, su voz no pudo resistir y tuvo que dejar de cantar al tercer concierto de la larga gira que la esperaba. Cuando se quebró fue al recordar un episodio en el que un supuesto médico acudía alertado por alguien de su entorno y, tras revisarle las cuerdas vocales con una lupa dental, le aplicó una inyección de un líquido que nunca supo qué era. Días después perdió la voz y comenzó un largo proceso de recuperación, con una cirugía que nadie se atrevía a practicarle por miedo a romper la gallina de los huevos de oro. Puedes ver los vídeos aquí.