Desde hace un tiempo, parece como si el rostro y la voz de Antonio Castelo nos acechase en todo momento. Al cómico y guionista valenciano le tenemos en la radio, en Yu, No te Pierdas Nada, en la tele, en CCN News (estrenado recientemente en Comedy Central), amén de otros programas como A vivir, en la Cadena SER. ¿Quién es este treinteañero barbudo y con gusto por el trap? Nos reunimos con Antonio Castelo en las oficinas de Comedy Central, previniéndonos de no darle los dos besos de rigor para no contagiarnos su visible gripe.
¿Tenías pensada una segunda temporada de CCN?
Era la intención, al igual que hacer una tercera. Pero también depende de si ha gustado, si ha estado guay… La intención de todos es hacerlo semanal, el programa. Pero es una intención hablada por mí y por la gente de Comedy Central. Diario sería lo mejor, por supuesto. Semanal parece que podría llegar a pasar algún día. ¿Otra tercera temporada? También, ojalá.
Pero, ¿te daría tiempo?
Estoy a full, sí (risas). Sí, me da tiempo. Hago Yu los viernes, hago A vivir los sábados por la mañana, hago esto y luego hago CCN On que son piezas más cortas para internet, como tres a la semana, bastante guays, al estilo del programa, pero para mantenerlo todo el año vivo. Tengo un contrato de exclusividad con Comedy Central. Para todo este año.
Qué bueno, ¿no?
Sí. Eso no lo sabe nadie. Pero lo puedes decir, estuvieron a punto de comunicarlo y todo, pero fue como…
¿Te sientes más tranquilo ahora?
No, la verdad (risas). Es siempre igual, en realidad. Porque se termina en un mes el contrato y hay que renovarlo otra vez (o no). Pero que, al final, da igual que te digan “no te preocupes, estás contratada”, es una tontería, porque mañana podrían despedirte. Realmente todo tiene tan poca validez en cosas de trabajo hoy en día… y luego pensar que (esto ya es filosofar mío) lo que necesitas es un sitio fijo, yo creo que es peor para ti. Creo que lo que necesitas es ser bueno, y estar contento, e ir a mejor. Que igual es aquí o en otro lado. Pero vamos, que apuesten por ti como para firmarte un contrato de exclusividad… estoy a tope con ellos. Me hace mucha ilusión. Hace como que todo sea más ilusionante.
Siempre que leo cosas sobre ti, acaba apareciendo tu barba, tu condición de “joven” o tu humor surrealista.
¿Surrealista? No… Bueno, puede que sí. Humor solo hay de dos tipos: el que te hace reír o el que no. El mío da la casualidad que la mayoría de las veces hace reír, otras… no. Pero me van pagando. Luego ya hay categorías dentro que son complicadas de ver.
Mencionas en una entrevista que no había una “universidad del humor”.
Sí, aprender es muy complicado. Es muy complejo. Yo empecé leyendo libros, practicando en bares, haciendo monólogos y tal, haciendo radio… pero es muy complejo. Es complejo aprender. Tiene que ser que te guste mucho, que le dediques mucho por tu cuenta. Como aprender a hacer cuchillos tú solo en casa. Como si no hubiese herreros en España. Es difícil. ¿Cómo te acercas a un cómico profesional?, “oye, que quiero aprender”. No es fácil relacionarse.
¿No hay networking de cómicos en España?
No, no lo hay. Y eso lo hace muy complicado. Hace complicado prosperar. Como pasar de cero a ser profesional.
¿Ni siquiera el Picnic, en Madrid?
Mira, el Picnic es un sitio en el que, si vas, y empiezas a preguntar, y se ve que tienes interés… Pero es la primera vez que pasa, o que yo lo veo.
¿Crees que en España falta profesionalidad en la comedia?
No, creo que en España hay súper buenos profesionales.
¿En cuanto a formación?
Eso, sí. Un camino por el que tirar, sí. Pero luego, por lo que me he enterado, en EE.UU parece que también es muy complicado. Hace poco teloneé a un cómico americano, Chris Duffy. Y me contó que allí, la aspiración es ir a Los Ángeles. Pero no ir a Los Ángeles directo, porque entonces no entras en el circuito de Los Ángeles. Hay que ir a Los Ángeles con recomendaciones.
¿Quién te dio la recomendación a ti?
A mí, bastante gente… bueno, bastante no, es mentira. Jandro, el mago del Hormiguero, estudiaba Teleco y yo Informatica, me consiguió mi primera actuación. Con unos bolos que había antes, en Divertia. Siempre me trató súper bien y fue súper generoso conmigo. Y Julia, que es mi mejor amiga, que es una señora muy mayor, que vivía con ella hasta hace poco, era guionista del Caiga Quien Caiga y fue profesora mía en la universidad, en un curso de guión que hice. Y ella me consiguió, en Ib3, en la televisión mallorquina, una prueba de guión y entré de guionista a un programa de corazón. Y luego pasé a ser cómico del programa (salir a hacer tonterías) y a partir de ahí… me pasaron al programa de Fernando Schwartz y hacía como de “sobrino” de Fernando. Y de ahí me fichó Buenafuente, porque le mandé un video-curriculum mío. Le dije “me molaría hacer un late night aquí producido por vosotros”. Pero todo es también una mezcla de cosas. Es tener mucho interés, un interés loco mezclado con que alguien, en un momento dado, te ayude un pelín. Pero yo creo que eso, en realidad, es fácil de conseguir, porque en todos los sitios quieren gente nueva. Quieren devorar gente nueva. La máquina quiere picar carne siempre.
Tú has conseguido mantenerte en la picadora.
Más o menos, pero no te creas. He pasado épocas muy malas. El otro día leí en internet el proceso físico por el cual pasa la vida por delante de tus ojos. Y es real. Yo lo sentí una vez. No se lo había contado a nadie. Me pasó en la prueba de Buenafuente. Cuando hice la prueba, él montó el plató, tal cual. Me fichó Jordi Évole, que estaba en la grada, mirándome con dos gentes del Terrat, y Andreu. Y llamó a la banda, se encendieron las luces… montaron un programa solo para hacerme una prueba. Yo estaba desquiciado. Además tenía 23 años y para mí Buenafuente era… todo. Hubo canción, “parapaa papa” y Buenafuente, “con todos ustedes, mi nuevo colaborador, Antonio Castelo”. Y ahí te juro que vi recuerdos, que pasó mi vida delante de mis ojos (risas). Y no sé por qué me cogió, porque ni siquiera lo hice muy bien. Hice 13 programas con él, que ya es bastante.
«Soy la persona número 50 que tiene una cuenta de Twitter (…) y me flipa cómo esta red social se ha convertido en un gusto por el linchar»
Hablando del estrés… últimamente parece que ha habido bastante controversia por redes. Primero con Dani Rovira, luego con Ignatius Farray, y ahora un poco contigo, también.
Es un tema duro para mí, porque mi mejor amiga es Julia, es una mujer mayor, solo tengo una hermana, que es una mujer… solo vivo con mujeres. Excusarte casi es peor, pero mis ambientes son ultra feministas. Y aparte que yo pienso que, quien no es feminista, no es buena persona. Solo se puede ser feminista. Estos momentos solo son de Twitter, solo ocurren en Twitter, lo cual, para mí, habla mal de Twitter. Soy la persona número 50 que tiene una cuenta de Twitter. Yo he estado en internet desde que tenía 12 años o 13 años. Y mi padre me lo puso para compensarme que vivíamos en el monte, en un hospital militar. Soy un niño rata de internet. Me flipa cómo esta red social se ha convertido en un gusto por el linchar. Es brutal. Yo soy muy linchable, eso es verdad. Es parte de mi rollo, también con mis amigos y con mi familia.
Acaba de publicarse un artículo sobre los límites del humor que viene muy al caso de todo esto. ¿Estás de acuerdo con lo que sostiene?
Sí, lo he retuiteado. Y… estoy de acuerdo con casi todo. Sobre todo, con el monólogo de David en Loco Mundo, que me parece genial. Y aparte, sobre todo, recordar que es comedia.
Parece que los cómicos estuvierais en el ojo del huracán últimamente.
Sí. El otro día discutí con una persona por esto. Yo que no discuto mucho, el otro día discutí sobre esto (los límites del humor) con una persona. Yo intento no hacer coñas con temas que me parecen duros. Y lo llamo así, “duros”. A mí me chirría. Enseguida entiendo lo que me chirría y lo que no. Pero el problema es Twitter, todo acaba en Twitter. Yo voy a Twitter y pongo algo, y la audiencia que lee ese algo es desconocida. Ese para mí es el problema de Twitter. Que, de repente, apelas a una audiencia que no sabías que estabas apelando. O con unos códigos que no sabías que tenían. Pero claro, es que… Yo no voy a dejar de ser cómico por eso. Hay cómicos que enarbolan una bandera de la comedia de la hostia, pero yo prefiero estar en paz con alguien a ser cómico.
¿Cómo ves lo que ha ocurrido con Dani Rovira o con Ignatius Farray?
Me parece que los están linchando, literalmente. Yo he hablado bastante con ellos de estos temas y no me parece que sean nada machistas. Creo que es un tema que está demasiado de moda para lo importante que es. Entran dentro de una profesión muy específica y un tema muy concreto. Se puede hacer chistes con todo, el límite es el que tú les pongas. Y el problema es quién se los pone, claro.
Es cierto que ha sido solo recientemente cuando han empezado a aparecer mujeres en el humor de una manera más paritaria. Antes erais todo hombres, o casi.
Es mucho más difícil para una mujer subirse a un escenario. A las mujeres se las juzga salvajemente todo el tiempo. Es más fácil ser un tío, tienes ojos de muchos menos carices mirándote. Es mucho más complicado conseguir un curro si eres tía. Hay menos tías con las que poder crear tu rollo, o menos tíos que estén dispuestos a incluirte. Hay menos porque es más complicado.
En CCN habéis incorporado, de hecho, a dos chicas más.
Sí, Pilar de Francisco y Valeria Ros. Yo con Pilar de Francisco he trabajado durante muchos años, ella dirigía mis programas, “Antonio Castelo domina el mundo” y tal. Considero que es súper buena cómica y siempre he apostado por ella un montón. Y Val, un poco lo mismo. De verla en el circuito, de ver que es la polla… Susi Caramelo también mola mucho. No sé, hay chicas muy buenas. Se van a hacer un hueco seguro.
¿Hasta dónde llega tu participación en el programa? Presentas, haces el guión…
Es bastante alta, sí. Todo lo que puedo. Hay un director y luego las jefas de Comedy, que son las que mandan.
¿Los temas los elegís entre todos?
Es arduecillo. Cuesta un montón. Hemos sacado el doble de temas de los que se han hecho. Pre-investigados. Y luego, nos reunimos con Comedy y, entre todos, elegimos. Pero igual hemos investigado 50 temas.
«Los mismos que ahora dicen que el reguetón es una mierda son los que antes decían que el rock&roll era una guarrada»
Los dos primeros con los que empezáis son “El negocio de la muerte” y “El reguetón”. ¿Cómo llegáis al reguetón?
Lo propuse yo. Lo obvio es decir, para mí, “el reguetón es una guarrada” y “todo el mundo que escucha reguetón es mierda”. O “todo el mundo que vota al PP es mierda” o “Dani Rovira es un machista”. Son como estándares que, si los dices, es como “soy moderno”. Y creo que es lo contrario. El reguetón es como el rock and roll. Cuando salió Elvis no le enfocaban a las caderas porque decían que era un guarro. “Eso es una cerdada, esta generación está perdida”, es la misma basura de siempre. Los mismos que ahora dicen que el reguetón es una mierda son los que antes decían que el rock&roll era una guarrada.
¿Cuál es tu favorito de reguetón?
La verdad es que tampoco llego a tanto, pero… mira, entrevistamos en el programa a La Materialista. La recomendé porque, cuando vino, yo también la tenía un pelín prejuzgada. Porque distingo al reguetón de La Mafia del Amor, que está de moda ahora, a La Materialista, que es reguetón de verdad. Que es “nací en esto y me moriré en esto”. Sí que hay grupos que están más de moda, que hacen una mezcla de reguetón, ritmos latinos en general… pero esta tía vino en plan de “yo solo hago reguetón en modo duro”. Se llama La Materialista, que ya es uno de los peores valores del mundo, y su hit es “La chapa que vibra”. La chapa es (yo no lo sabía) el trozo de culo que te sale de debajo del pantalón. Y cuando vino era una tía súper guay, súper cachonda, nada loca. Es una abogada de Puerto Rico. Flipé. Y aparte, era una cachonda. Muy graciosa y muy guay. Y me ayudó también a quitarme mucho prejuicio del reguetón. Ella estaba todo el rato defendiendo a la mujer.
¿Y qué tal con el trap?
Guay, tía. Estoy a tope entrevistando a todo el mundo en el trap. El trap yo creo que, al final, es chavales ajenos a las discográficas intentando montárselo por su cuenta. Es que hay grupos tan diferentes…
¿Te sientes como el trap de la comedia, cuando empezaste colgando tus cortos por tu cuenta en Vimeo?
Pues sí (risas). Cuando me preguntan por qué me gusta tanto el trap… no es que me guste tanto, me siento súper identificado por el decir: hay un establishment al que yo no puedo acceder, creo que tengo algo que me gustaría hacer, internet es una herramienta para mí brutal y… bueno, pues si la gente me conoce y le gusta, yo creo que un día tiraré para arriba. Y así empecé “Tú antes molabas”, que es una de las primeras series así de comedia en internet. De hecho, me doy cuenta de que ahora lo que hago es internet, pero pagado por grandes players.
¿Ya eres parte del establishment?
Sí, pero contento. Soy súper crítico respecto al sistema.