¿Es necesario destacar la edad de Céline Dion para hablar de su foto desnuda?

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¿Es necesario destacar la edad de Céline Dion para hablar de su foto desnuda?

Varios medios de todo pelaje se hacen hoy eco de una imagen de Céline Dion desnuda en la cuenta de Vogue en Instagram. Se trata de una auténtica fotaza tomada por la editora Sophia Li durante la Semana de la Moda de París, y en la que la cantante canadiense está sentada en una silla, cubriendo su boca y colocando estratégicamente sus brazos y piernas para no dejar ver de más. El post de Vogue destaca el compromiso de Dion con la alta costura, explicando que en sus conciertos se “esfuerza” por vestir y promocionar la moda de los modistos más prestigiosos, con los que trabaja muy de cerca para hacer que sus diseños se adapten a las condiciones de una actuación en directo. Lo normal de Vogue y la Dion, vaya.

Pero nos ha llamado la atención, sobre todo, que prácticamente en todas estas noticias se destaca la edad de la artista casi inmediatamente, algunos incluso en su titular, como si desnudarse a los casi 50 años fuera una heroicidad. Suponemos que, de algún modo, pretende ser un halago en plan “mirad qué bien está para su edad”, pero lo cierto es que parece del todo innecesario. De nuevo, el ageism que tan a menudo denuncia Madonna afecta a una mujer artista.

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Aunque continuara realizando su residencia en Las Vegas y ahora esté realizando un tour europeo, Céline Dion tuvo un 2016 nefasto desde el punto de vista personal: el pasado año perdió a su marido, René Angélil, y, solo dos días después, a su hermano Daniel. Pese a todo lanzó según tenía previsto ‘Encore un soir’, un nuevo álbum en su idioma natal, el francés, que ha vuelto a ser un éxito. Poco después, lanzaba un mensaje sobre su estado emocional a través de un nuevo single en inglés llamado ‘Recovering’, compuesto por P!nk. También el pasado año se publicaba en España ‘Música de mierda‘ del periodista de Carl Wilson, centrado en analizar por qué la Dion es un fenómeno comercial incontestable pero se considera que sus fans tienen «mal gusto musical».

Here's a little naked fact to ponder while Celine Dion changes looks between shows: for the past five years she has worn haute couture near exclusively for her own performances (in Las Vegas and on her current "mini-tour" of Europe). She performs a minimum two hours a night, five or six nights a week, dancing and curtseying and generally gesticulating sans abandon, in handmade, hand-beaded delicacies designed solely to walk a catwalk or a carpet (and often with handlers). For Celine's orders, the houses send teams to Nevada for typically three fittings, before the garments are ultimately finished in her local, private atelier. Armani Prive, Schiaparelli, Giambattista Valli, Versace…only a partial list. Everyone, basically. In Vegas, Velcro panels are added to allow for her ribcage to expand or for a quick outfit change. Micro straps of elasticized chiffon prevent a slit from becoming a sloppy situation mid-squat. Shoes—always heels, never platforms—are ordered one size smaller (she is normally a 38) and refitted with metal shanks. Says Celine, "We have to make haute couture industrial." And, more enigmatically: "The clothes follow me; I do not follow the clothes." Which is to say: the haute couture, with all its fragility and handcraft, has to perform professionally for Ms. Dion. And privately as well. Years ago, Celine bought a classic little black dress from the Christian Dior atelier when the house was overseen by John Galliano. It is simple, falling to mid calf, and narrow as can be with just a hint of stretch. It requires a minimum of jewelry, a statement bracelet or perhaps one of the major diamond rings she designed with her late husband Rene Angelil: two pear cuts set in a wide pave band, or two hearts of diamond and emerald abstractly interlocking, on a cushion of yet more diamonds. This LBD forces you to walk one foot in front of the other. This is a dress Celine knows well and clearly loves, the simplest evocation of the private luxury of couture and the total antithesis of the red carpet hoopla that attends the union of fashion and celebrity. It is also the dress she wore to Rene's funeral. #CelineTakesCouture Photo by @sophfei.

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