Estos tres años que separan a ‘Taiga’ de su nuevo ‘Okovi’ no han sido precisamente muy buenos para Zola Jesus. En su anterior álbum la estadounidense quiso rebajar su imaginería gótica y apostar por un producto más estrictamente pop y luminoso. Pero pese a las notables canciones que contenía, finalmente ‘Taiga’ pasó mucho más desapercibido de lo que su protagonista pretendía. Tanto es así que después de probar suerte en el sello Mute ahora ha vuelto a la discográfica de sus inicios, Sacred Bones. Pero la cosa no se queda aquí. La génesis de ‘Okovi’ la encontramos en su vuelta a Wisconsin, la tierra que la vio nacer, y cómo, una vez allí, tuvo que batallar con la depresión y algo todavía mucho más complicado de gestionar: el doble intento de suicidio de uno de sus amigos y apoyar a otras de sus personas más allegadas después de que le detectaran un tumor cancerígeno.
El mundo de Nicole Hummel, de repente, se tambaleó. Aunque lo mejor del asunto es que, lejos de venirse abajo, todas estas vicisitudes le han servido a la artista para llevar a cabo un álbum en el que la muerte como recurso literario está más presente que nunca respecto a su discografía previa. Hay temas bailables como ‘Veka’ o ‘Remains’, pero la fuerza de ‘Okovi’ radica en esa vuelta a las sonoridades oscuras que algunos echaron en falta en su álbum previo y cómo se vale de la muerte como excusa para trazar una historia que más allá del duelo cuestiona la concepción que tenemos sobre el fin de nuestros días.
Pese a ello, ‘Okovi’ (que en eslavo significa “cadenas”) puede malinterpretarse. Sin ir más lejos, en ‘Soak’ la artista se mete en la piel de una joven que está a punto de ser asesinada por un psicópata y hace balance de su vida. Al final llega a la conclusión de que está mejor muerta, lo cual podría llevar a algunos a entender que está haciendo apología del asesinato o hasta incluso del suicidio. Pero nada más lejos de la realidad: más allá de esa puntual historia tétrica de ficción que básicamente fantasea con la defunción, ‘Okovi’ trata de lo vulnerables que somos y cómo debemos estar agradecidos de estar vivos. En la preciosa ‘Witness’, con esos arreglos de cuerda que la vertebran, canta que debemos alejarnos de cualquier cuchillo o peligro; en ‘Siphon’ y en ‘Wiseblood’ ofrece su mano a todos aquellos que alguna vez se han planteado el suicidio como solución a sus problemas; y en la uptempo ‘Veka’ (de lo mejorcito que puede encontrarse en el disco) se hace preguntas sobre el verdadero legado que alguien puede dejar si decide dejarse llevar por sus fantasmas y poner fin a su vida mucho antes de lo que el destino tiene programado.
La temática de las canciones invita a Zola Jesus a sacar como nunca a «la intensa» que lleva dentro, aunque sin llegar a esos desvaríos vocales operísticos que algunos de siempre le han achacado. Emocionante, sobrecogedor por momentos (ahí está la ya conocida ‘Exhumed’) y muy bien hilado, ‘Okovi’ es un disco controvertido del que se puede debatir mucho por todo lo que en él se cuenta, pero condensa a la perfección todo lo que años atrás nos encandiló de una artista inusual que repele los terrenos comunes.
Calificación: 8/10
Lo mejor: ‘Exhumed’, ‘Witness’, ‘Veka’
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