Tras haberse reunido tiempo atrás para volver a actuar en directo (como por ejemplo, en el Azkena Rock de Vitoria), días atrás se anunció que el legendario grupo femenino de punk-metal L7 volvía a publicar material de estudio. Concretamente, dos nuevos singles que suponen sus primeras grabaciones desde que en 1999 publicaran su último disco de estudio hasta la fecha, ‘Slap-Happy’. La primera de esas canciones, ‘Dispatch From Mar-a-Lago’, veía la luz hace solo unas horas.
Se trata de un tema compuesto de nuevo por Donita Sparks y Suzi Gardner, contundente, ruidoso y pegadizo, menos oscuro que aquellos ‘Everglade’, ‘Pretend We’re Dead’, ‘Shove’ o ‘Andres’ contenidos en discos como ‘Smell The Magic’, ‘Bricks Are Heavy’ o ‘Hungry For Stink’, que calaron en la generación grunge dentro (Courtney Love tiene una evidente deuda artística con el grupo) y fuera de los escenarios. Sin duda, el de L7 es uno de los regresos más justificados y esperados de aquella época, porque tanto musicalmente como en actitud y ética sin duda han marcado a muchos artistas. Pero es que además este tema está dotado de la misma energía que siempre las caracterizó.
Además, esta nueva canción tiene un marcado fondo político. Según cuentan Sparks y Gardner a Pitchfork, percibieron que sus fans estaban claramente decepcionados y asustados tras la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales del pasado año, y sentían que ellas eran las personas adecuadas para “salvarlas”, aunque fuera a través de una canción. Por eso escribieron este satírico tema (Mar-a-Lago es una opulenta residencia que Trump posee desde hace dos décadas en Palm Beach, Florida) que su nuevo sello, Don Giovanni, define como “un sonoro y festivo himno rock para el Titanic en pleno hundimiento”. Aunque un hipotético nuevo álbum continúa siendo solo un proyecto, su regreso se antoja muy necesario.