El pasado miércoles, Jason Pierce y su proyecto musical Spiritualized ofrecían un esperado concierto en Primavera Sound 2018. Un show en el que el británico y su banda se acompañaban de una orquesta y un coro gospel, para interpretar sus grandes éxitos y cuya crónica –que no publicamos en su momento por cuestiones editoriales– recuperamos más abajo. Y muchos se preguntarán “¿pero qué hay de aquel nuevo álbum que estaban terminando y publicarían en 2017, 20 años después del gran ‘Ladies and Gentlemen We Are Floating In Space’ y que nunca llegó?”
Pues bien, cuatro días después de ese show, Spiritualized han inagurado una cuenta en Twitter cuya primer publicación es un tanto extraña: un vídeo que reproduce en sonidos un código morse escrito sobre fondo rojizo. La web yanqui Stereogum ha descifrado el código y recoge las palabras “A Perfect Miracle”, a todas luces el título de lo que, deseamos, sea esa nueva música que prometió. Sea un álbum, un single o ambas cosas, apostamos por que no tardaremos mucho en saberlo.
Jason Pierce contaba en 2016 a NME que estaba ultimando su octavo disco de estudio, que había grabado junto al ex-Killing Joke Martin “Youth” Glover –que ya hablaba de esa grabación a inicios de 2015– y que se editaría exactamente el 16 de junio de 2017, lo cual no ocurrió, como bien sabemos. De confirmarse que es su nombre, ‘A Perfect Miracle’ será el octavo disco de estudio –el primero desde que en 2012 se editara ‘Sweet Heart Sweet Light‘– del proyecto de Pierce, iniciado tras la disolución de los cruciales Spacemen 3. Más abajo encontraréis la citada crónica de su concierto en Primavera Sound 2018.
— Spiritualized® (@officialSpzd) June 2, 2018
Foto de Mireia Pería
Spiritualized ofrecen un concierto que pasa los anales del Primavera Sound: La expectación ante el concierto de Spiritualized con orquesta y coro desbordó todas las previsiones. Si los tickets de reserva se ponían a la venta a las 15h, a las 14h la cola ya era considerable, pantagruélica cuando empezaron a repartirse. Se agotaron antes de las cinco. El aroma de evento único animó el sold out un miércoles. Aún estaba entrando gente cuando arrancaron con ‘If I Were with Her Now’. Jason Pierce sentado en un taburete en un rincón del escenario, con camiseta blanca, que contrastaba con el negro de la orquesta y el coro –mayoritariamente femenino–, mientras la banda ocupaba el centro del escenario. El respeto del público era reverencial; fue curioso comprobar que asomaban muy pocos móviles sacando fotos en proporción a lo que viene siendo habitual. El volumen atronador, las guitarras distorsionadas que no desentonaban nada con las cuerdas, aunque su delicadeza se vio en muchas ocasiones devorada por la furia de las guitarras. Si todo el concierto fue un viaje maravilloso, los puntos álgidos fueron una definitiva y emocionantísima ‘Ladies and Gentlemen We Are Floating in Space’, especialmente cuando el coro rompió a cantar ‘I Can’t Help Falling in Love’. Y el tramo final en que cayeron, como martillos de Dios ‘I Think I’m in Love’, ‘Soul on Fire’ y ‘So Long You Pretty Thing’. El chico sentado al lado de mí se derrumbó cuando Pierce empezó a entonar “Help Me Lord, Help Me Jesus”. No fue para menos. La única frustración llegó al final. Pierce y la banda se retiraron, dejando a la orquesta y el coro. Se saboreaba el gran bis final. Pero sorprendentemente, se retiraron todos del escenario y el sueño se interrumpió ahí tras hora y media. Parece ser que ‘Come Together’ estaba programada, pero no sabemos por qué no se tocó al final. Igualmente, un concierto que pasará a los anales del Primavera. Mireia Pería.