Clint / El camino de la mano izquierda

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Clint / El camino de la mano izquierda

“Con el primer disco nos fue guay, pero después aprendimos que quizá nuestro lugar era otro”. Este ejercicio de honestidad brutal es la reflexión –en una entrevista de César Luquero para el número de junio 2018 de Rockdelux– de Harry El Sucio sobre la deriva de Clint, el grupo de rock instrumental que junto al resto de “Harry”s (El Ejecutor, Callahan y El Fuerte) forma desde hace casi 15 años, surgido tras la desaparición de su primer proyecto en la era del indie primigenio, The Umbrella-Hating Generation. Tras dos álbumes publicados en el esquivo sello Siesta, logrando con ellos cierta repercusión, el mundo se convirtió en un lugar inhóspito para la música sin vocales (ni consonantes). Ellos, tozudos, persistieron y en 2012, contra viento, marea y finanzas, se embarcaron en su disco más ambicioso, contratando al británico Guy Fixen (Laika) para la producción de ‘Asuntos internos’.

Por supuesto, en un mundillo en el que apenas grupos como Los Coronas o Los Tiki Phantoms han logrado pervivir, Clint no lo han tenido fácil. Máxime cuando, lejos del espíritu surf-twanguero de aquellos, más festivo y bailable, los madrileños recorren mucho más diversos parajes del rock instrumental, a menudo inspirados por las bandas sonoras –sobre todo de cine negro, a modo de homenaje al personaje interpretado por Clint Eastwood que les da coartada, pero no sólo de aquel–. En ese sentido, este insospechado cuarto disco del grupo, ‘El camino de la mano izquierda’, parido con muchos menos medios que su predecesor –produce Jorge Navarro, con la colaboración de Brian Hernandez (El Guincho, Los Punsetes) en la mezcla y máster– puede no ser su disco más poderoso o brillante –aunque sí que contiene un par de hitos en su carrera–, pero sí es un encomiable ejercicio de romanticismo y, por encima de todo, fidelidad a su manera de entender la música.

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Arropados por la espectacular sección de metales ya presente en su disco anterior y en muchos de sus directos más una cellista y un contrabajista, ‘El camino de la mano izquierda’ remite a logros precedentes, resultando su disco más compacto y menos variado en cuanto a estilos hasta la fecha. Con todo, Clint aún logran sorprender en este cuarto esfuerzo en un par de ocasiones. La primera es la genial ‘Fémur dislocado’, en la que lanzan un órdago en forma de funk setentero rematado por unos “shabadabas” memorables, el mejor gancho de su carrera. La segunda está en la maravillosa mezcla de doo wop (sin “doo”s ni “wop”s) y blues con aires mediterráneos de ‘Suave es la noche’, con su fantástica y discreta alternancia de solos de clarinete, trompa, guitarra, cello…

Pero la falta de sorpresa, en su caso, implica que estamos ante otra colección de vibrantes ramalazos rock que se impregnan inopinadamente de surf, ska y psicobilly, remitiendo a Nino Rota (‘Fortuna no es suerte’), a R.E.M. (‘Amor nocturno’, ‘Raleigh tenía razón’) o a The Specials (en la grandiosa ‘Aprieta fuerte el gatillo’, por ejemplo) con perfecto sentido. Con regusto agridulce, hay que decir además que, en lo sonoro, el acabado de esta grabación tiene muy poco que envidiar a la de ‘Asuntos internos’. Más bien al contrario, resulta espectacular, como lo es también el trabajo gráfico del propio Harry El Sucio (reconocido artista de lettering bajo el nick Dirty Harry). En suma, no importa tanto que sus palabras suenen a constante derrota, al caramelo amargo del que sabe que ha hecho un buen trabajo que no demasiado público querrá apreciar. Lo que importa, lo que queda, es que pueden presumir de una carrera impecable, única, y del que este ‘El camino de la mano izquierda’ es un buen compendio, el resumen de lo mejor aprendido en este viaje.

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Clint presentan ‘El camino de la mano izquierda’ este sábado, 16 de junio, en la Sala Moby Dick de Madrid.

Clasificación: 7,3/10
Lo mejor: ‘Fémur dislocado’, ‘Aprieta el gatillo’, ‘Suave es la noche’, ‘Raleigh tenía razón’
Te gustará si te gustan: Los Coronas y Los Tiki Phantoms, pero más las BSOs de cine negro de los 60 y 70 o los primeros Calexico.
Escúchalo: Spotify

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