Ya sabemos que en Estados Unidos tienen libertad de expresión (y apelan a la misma) cuando les conviene. Y es que si alguna vez, algún analista o periodista, sea del signo que sea, lanza al aire una pregunta semejante en relación con la situación política de nuestro país, se le tacharía de cualquier cosa. Me imagino -por ejemplo- a Ansón preguntando «¿Es Zapatero idiota?» o a María Antonia Iglesias preguntando «¿Es Aznar idiota?» así, de forma tan directa, y me imagino la que se les vendría encima.
La pregunta fue directa, y contra muchos pronósticos fue menos dura de lo que se esperaba. Joe Scarborough, un ex-congresista republicano -para más señas- ponía la cuestión en el aire después de mostrar un vídeo del presidente de Estados Unidos en el que se desgranaban muchas de sus comparecencias más ridículas. En el vídeo, Bush trabándose hasta la saciedad en mítines, quedándose atascado en medio de discursos e incluso riéndose cuando no es momento. Durante 10 minutos de vídeo, una pregunta sobreimpresa en la pantalla: ¿Es Bush idiota?
La respuesta -finalmente- fue que, si bien al presidente le falta cierta destreza al hablar y al expresarse, no puede decirse que sea idiota. Qué cosas pasan en Estados Unidos, la verdad. ¿Veremos algún día una cosa semejante en Europa? A mí hay muchos políticos que me parecen idiotas, pero no termino de encontrar el momento de decirlo. Propongo una nueva modalidad: ante la pregunta ¿Es …introducir nombre del político aquí… idiota?, dos opciones… envía IdiotaEspacioSí o IdiotaEspacioNo al 5555. Y el que salga positivo, queda expulsado. Como en Gran Hermano.