Desde que este chico y Pe dieron por terminada su relación, Matt dedica sus noches a emborracharse e intentar ligar con toda falda que se le ponga al lado, aunque por las mañanas quema todos sus excesos matándose a correr, hacer surf, abdominales y todo tipo de actividades físicas en una playa de L.A. Además, lo hace acompañado de su ahora también soltero amigo Lance Armstrong, deportista de élite donde los haya. Todo esto estaría fenomenal si no fuera porque Matthew cada día descuida más su aspecto hasta el punto que estáis observando en esta imagen. Vale que el chico siempre ha sido un macarra de mucho cuidado, que suele llevar -y con mucho arte- un palillo en la comisura de los labios y gorras con la visera hacia atrás, vale que tenga fama de guarrete… Pero hacer footing con un pañuelito anudado en plan Carmen Miranda yo creo que ya es abusar.

Ahora que Pe es una reina del glamour y una de las personas mejor vestidas du mode (jajaja, perdonad que me ría un poco), la buena mujer habrá pensado para sí: «ahí te quedas, pedazo de macarra». La prensa especializada en estos temas opina que la dejada ha sido ella, pero a mí me encantaría que fuera al revés y por culpa de las pintas de este desdichado. Lo triste es que con la panoja que tiene que tener Matthew no se compre toda la línea completa de running de Nike o la de Puma diseñada por éste y por aquél. Vamos, que hoy día las grandes firmas deportivas ya combinan divinamente los tejidos tecnológicos súper cómodos con un diseño más que aceptable, así que no hace falta coger el pañuelo de Doña Croqueta y un bañador viejo que tenías por ahí para sudarlo todo, y menos cuando lo que no te falta es el dinero. Si es que, el que no vale, no vale.