Tengo una pregunta para usted

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Tengo una pregunta para usted

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Más que contentos pueden estar en La Primera con los resultados de ‘Tengo una pregunta para usted’, el programa presentado por Lorenzo Milá que acerca a una serie de ciudadanos (supuestamente elegidos aleatoriamente entre todos nosotros) al Presidente del Gobierno y al Jefe de la Oposición; para que puedan efectuar preguntas a estas dos personas en riguroso directo. Digo que pueden estar contentos porque con alrededor de 6 millones de espectadores de media y un 30% de share pues tú me dirás, están en condiciones no de pedir. Están en condiciones de exigirlo. Sobre todo porque luchaban contra uno de los pesos pesados de las noches de los martes: House.

El programa, en concepto, está muy bien planteado. Eso de dejar que la gente pregunte lo que quiera y darles libertad total para que hablen es, en teoría, un ejercicio periodístico realmente apasionante. Zapatero estuvo, a mi juicio, correcto como interlocutor. No digo que estuviese fenomenal (¿de veras se cree algunas de las patochadas que dijo o estaba directamente soltando un guión de mítin como un autómata?) pero digo que, ante preguntas incómodas no se puso nervioso, y supo manejar bastante bien las cuestiones del público. Otra cosa muy distinta es que no viese o que me pareciese bien cómo se iba por los cerros de Úbeda cuando no le daba la gana contestar a algo, o cómo respondía ante determinadas preguntas con «entiendo su situación personal, pero los datos estadísticos nos dicen…» Pues no, majo. Si vas a un programa a hacerte el humano y a demostrar que eres súper campechano y de calle, lo que tienes que hacer es empatizar. Muy bien, sin embargo, que estuviese al tanto de cómo se llamaba cada uno, para repetir de vez en cuando su nombre en la respuesta, que es algo muy útil y que muestra tu interés hacia los interlocutores.

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Lo último es comentar el formato. Probablemente en Francia esto funcione fenomenal, pero aquí en España se convirtió en un programa bastante lento, las intervenciones del público se llenaban de explicaciones, problemas personales e historias varias, en lugar de hacer una pregunta directa, que es lo que mola en realidad. Y ZP se pasó también dando muchos datos, contando historias de todo tipo y tratando de hacer ver que España va de cine. A mí en algunos momentos se me hizo tedioso, pero reconozco que mereció mucho la pena verlo, así que espero el de Rajoy con muchas ganas, aunque también con un poco de miedín. ¿Quién dijo que en España sólo vemos telebasura? 7.

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