‘The long term physical effects are not yet known’ (2007): Tan pendientes estamos de la novedad sueca que no nos hemos enterado, o nos hemos olvidado de que Jay-Jay Johanson ha publicado disco este año. ‘The Long Term Physical Effects Are Not Yet Known’ ha llegado mal y con retraso (tendría que haber salido a la venta a finales de 2006 y se publicó en realidad a principios de 2007), pero sigue con éxito el sonido de sus primeros discos, dejando atrás ese lado petardo que, en contra de lo merecido, no terminó de lanzarle a la fama ni con el tímido apoyo de Virgin.
Jay-Jay encarrila el disco con ‘She doesn’t live here anymore’, una suerte de ‘Missing’ de EBTG que abre el disco así: «Oigo tu voz, toco tu pelo, veo los rastros por todas partes. Antes compartíamos esta casa y ahora mi sueño se ha convertido en una pesadilla». Él, que siempre ha disfrutado un buen drama (en su blog acaba de reconocer que la muerte de Bergman le ha dolido especialmente, por el «aura» que desprendía el director), se recrea en él en temas como ‘Coffin’ o ‘New Year’s Eve’, dejando poco para la esperanza (‘Breaking glass’) o lo ligeramente bailable (‘Rocks in pockets’). En otros temas como ‘Jay-Jay Johanson again’ se demuestra que la sombra de Portishead es alargada. Jay-Jay siempre copió a los de Bristol, pero ya la repanocha es copiar lo único que han hecho en 10 años, que es la versión de Gainsbourg: sus guitarras son calcadas a las de ‘Requiem for Anna’. Claro que mientras alguien dé canciones tan bonitas como ‘Peculiar’, que viva copiar, porque este disco triunfa donde ‘Rush’ no lo hacía, en el número de buenas canciones.
Una vez alguien me dijo que le gustaba la bossanova porque se imaginaba escuchándola en un país nórdico junto a, por ejemplo, Jay-Jay Johanson, nunca en Brasil. ‘The long term…’ no tiene nada que ver con la bossa pero sigue contando con esos instrumentos y aromas jazzies que hace 10 años nos conquistaron totalmente. Da pena el esquinazo al electro, pero si es por no volver a ver su corte de pelo en la época de ‘Antenna’ merecerá la pena. Para la próxima, promete un disco con «piano y ruidos». Habrá que esperar.
Calificación: 6/10
Temas destacados: ‘She doesn’t live here anymore’, ‘Peculiar’, ‘Jay-Jay Johanson again’
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Escúchalo: en su MySpace
‘Whiskey’ (1996): 1996. Trip-hop en pleno apogeo en las revistas de tendencias. Portishead y Massive Attack venden cómodamente 2 millones de copias de sus primeros discos. Los grupos que acercan su sonido al pop empiezan a emerger especialmente en Europa. Como Hooverphonic, el sueco Jay-Jay Johanson toma los ritmos de Bristol pero sin tanto histrionismo, con un sentido de la tragedia más comedido. Su primer disco, el corto ‘Whiskey’, aporta al movimiento su voz de «crooner» (en ‘Tell me like it is’ parece Elvis). Los scratches y las orquestaciones a lo Portishead dejan algunos de los mejores temas, como ‘It hurts me so’ o mi favorita, ‘I’m older now’, que suena algo más optimista que cualquier cosa que toque Beth Gibbons. El resultado, encabezado por la elegante ‘So tell the girls that I am back in town’, supera el notable.
Calificación: 8/10
Temas destacados: ‘I’m older now’, ‘It hurts me so’
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‘Tattoo’ (1998): El segundo disco repite los patrones de ‘Whiskey’ aunque por momentos suena algo más jazzy e incluso bossa. Se trata para mí del mejor disco en conjunto, además de por una cuestión de estilo (cuanto más se distancia de Portishead y de la Björk de ‘Homogenic’ más original suena), porque la media de temas es mejor. ‘Quel dommage’ y sobre todo ‘Lychee’ son dos grandes favoritos de toda su carrera. También ‘She’s mine but I’m not hers’, que es bastante jungle, ‘Madrid. Milán. Chicago.Paris’ y ‘I guess I’m just a fool’, muestra de su romanticismo clásico, ‘Jay-Jay Johanson’, de su punto irónico, o la folkie ‘A letter to Lulu-Mae’ funcionan. La curiosidad es ‘Friday at Rex’, que abre su vena discotequera.
Calificación: 9/10
Temas destacados: ‘Quel dommage’, ‘Lychee’
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‘Poison’ (2000): Es la época de ‘Poison’ en la que muchos empiezan a conocer a Jay-Jay Johanson en España, sobre todo por el boca a boca. Sin embargo, ‘Poison’ no es su mejor disco. Siguen los mismos referentes tremebundos y cinematográficos, pero como en el caso de tantos otros grupos, la repetición hace decaer su nivel. Sólo ‘Believe in us’, ‘Far away’ y ‘Poison’ llaman algo la atención. El resto suena algo forzado y anodino, pero sobre todo muy aburrido. De nuevo el vocoder de ‘75.07.05’ anuncia las futuras inquietudes de Jay-Jay.
Calificación: 5/10
Temas destacados: ‘Believe in us’, ‘Far away’
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‘Antenna’ (2002): Con una imagen poco menos que lamentable, Jay-Jay decide cambiar para salir del hoyo con ‘Antenna’ (2002). Y más o menos lo consigue. Se descubre ochentero y petardo y para sorpresa de todos, lo hace bien. ‘On the radio’, ‘Deja vu’ y ‘Automatic Lover’ rompen las pistas electro. El resto por un lado parece imitar el ‘Vespertine’ de Björk (‘Kate’ es la única destacable) o, como en el caso del ‘Black Cherry’ de Goldfrapp, que salió después, recuperar sin demasiado éxito el pasado (‘Cookie’, ‘Tomorrow’).
Calificación: 7/10
Temas destacados: ‘On the radio’, ‘Automatic lover’
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Escúchalo: ‘On the radio’
‘Rush’ (2005): Después del recopilatorio ‘Prologue’, Jay-Jay volvió a su peinado original (¡¡Bieeeeeeen!!) y publicó ‘Rush’. Como single escogió una balada, ‘Rush’, que le devolvía a sus orígenes, y como sonido identificativo una especie de disco-funky bastante más cercano a Modjo, Stardust y ‘Flashdance’ que a Daft Punk. ‘Mirror Man’ podía tener su gracia pero ‘Forbidden Words’ era para matarle. ‘The last of the boys to know’, cerca de Kraftwerk, era la única que sobresalía un poco en un disco totalmente fuera de onda.
Calificación: 4/10
Temas destacados: ‘The last of the boys to know’
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Escúchalo: ‘Rush’
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