En 1997 en La Vía Láctea un día pusieron ‘Hundred mile high city’ y una chica, pelo lacio por la cintura, falda de tubo y manoletinas, movía su melena en éxtasis total, al ritmo de la canción entera a una hora a la que aún nadie podía ir borracho. Nunca he podido ni podré desligar esta imagen de Ocean Colour Scene (aunque sí de La Vía), por lo que OCS siempre serán guay.
Ahora que las portadas de las revistas las ocupan otros grupos; ahora que es surrealista recordar que ‘Travellers tune’ fue número 1 de Los 40 Principales; ahora que ya ni los medios gays los sacan porque la homosexualidad de Simon ya no es novedad, es justo decir que pocos podrán mirarle a los ojos a él, a Steve y a los chicos para decirles que ‘On the leyline’ es un mal disco. En él encontrarás himnos urgentes de dos o tres minutos (‘I told you so’), bonitas armonías vocales y bonitas melodías sesenteras (‘These days I’m tired’, ‘You’ll never find me’) y hasta un tema de Paul Weller (‘For dancers only’). Y vale, si tienes 18 años y nunca has oído hablar de OCS, empieza con ‘Marchin’ already’.
Calificación: 6/10
Temas destacados: ‘I told you so’, ‘These days I’m tired’, ‘For dancers only’
Te gustará si: pase lo que pase los 60 y los 70 te siguen pareciendo lo máximo
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